La pancarta de HTS ondea a la entrada de Idlib, en el noroeste de Siria. Abdulhamid nos guía por las concurridas y ruidosas calles de la fortaleza de los nuevos amos de Damasco. “¡Mira la vida en Idlib! exclama. ¡Todas estas tiendas abren!se regocija. En cierto sentido, Idlib, administrada durante siete años por HTS, parece ser un escaparate del nuevo poder: la ciudad está repleta de actividad. Sólo unos pocos vestigios de los bombardeos de la semana pasada dan testimonio de la guerra.
Pero ya estamos trabajando para borrarlos. Los puestos están llenos de frutas y verduras, asadores de pollo asado, carnicerías, joyerías, tiendas de armas… Pero la ciudad también dispone de agua, luz y teléfono. Por este lado, no hay duda: Idlib es un modelo para Siria.
“Aquí tenemos electricidad las 24 horas del día, mientras que en el resto de Siria sólo hay dos horas al día, ya sea en las zonas costeras o en Damasco”.
Abdulhamid, residente de Idliben franciainfo
Esto hace sonreír a Muhammad al-Asmar, del Ministerio de Información de Idlib: “En Damasco, nuestros equipos sufren por tener Internet a pesar de que es la capital. Aquí, en Idlib, sea cual sea la calle, tienes Internet. Pero uno de los mayores éxitos de este gobierno es la seguridad. Todavía estábamos en esta región”.
Las mujeres dicen que disfrutan caminar sin riesgos. Todas llevan velo, muchas llevan el niqab, pero es la tradición aquí. El HTS no impone ningún outfit. Sin embargo, estableció un consejo shura, un consejo de jueces musulmanes, que controla el gobierno.
Muhammad al-Asmar reconoce que el ejemplo de la conservadora Idlib no se puede trasladar al resto de Siria, que es mucho más diversa. “Siria pertenece a todos los sirios y todos ellos tienen derecho a participar en las decisiones. No caeremos en la misma trampa que el régimen de Al-Assad, que confiscó el poder en beneficio de una sola comunidad.dice. Su error fue reducir a Siria a un grupo y una familia que monopoliza todos los recursos”.
Pero la hoja de ruta aplicada a Idlib, la reconstrucción, el respeto al Islam y la seguridad, sugieren las prioridades del HTS.
Y la educación no es una de ellas, critica Nour. “Tengo cuatro hijos y sólo he logrado enviar a uno a la escuela porque cuesta 350 dólares al año.explica. Es demasiado caro. Aquí no hay educación gratuita y no tenemos dinero, ni siquiera para comer. Mira: tiene un hermano gemelo. Ella va a la escuela, pero no pude enviarlo allí”. Recuperar la economía sigue siendo uno de los desafíos, tanto en Idlib como en el resto del país.
Informe de Marie-Pierre Vérot en Idlib, Siria
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