El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha introducido medidas drásticas para liberar hasta el 70% de las playas de instalaciones privadas, permitiendo a los turistas disfrutar del espacio de forma gratuita con sus toallas.
La decisión está motivada por el deseo de luchar contra el “sobreturismo” y de preservar las zonas costeras, a menudo monopolizadas por hoteles, restaurantes y bares. También se introducen impuestos climáticos sobre el alquiler de alojamiento, con el objetivo de regular el impacto ambiental del turismo. Este reglamento va acompañado de normas estrictas para los operadores de tumbonas, que deberán mantener una distancia mínima de 4 metros entre el mar y las primeras filas de tumbonas.
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Para los turistas, este desarrollo representa una oportunidad para redescubrir las playas griegas en su belleza natural y disfrutar de un espacio público más accesible. Aunque algunos establecimientos seguirán alquilando material, las zonas protegidas podrían incluso ver desaparecer hasta el 85% de sus tumbonas. Esta iniciativa se hace eco de las demandas de los lugareños, que habían expresado su apoyo al “movimiento de las toallas” por un acceso equitativo a las playas y está siendo bien recibida por los viajeros que buscan una experiencia más auténtica y respetuosa con el medio ambiente durante sus estancias de verano.
