Nigeria se enfrenta a un éxodo de multinacionales

Nigeria se enfrenta a un éxodo de multinacionales
Nigeria se enfrenta a un éxodo de multinacionales
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En febrero de 2022, el grupo Kimberly-Clark, fabricante de pañales Huggies, inauguró a bombo y platillo una nueva fábrica en el estado de Lagos, Nigeria. Una inversión de 100 millones de dólares que encarnaría su “visión” de las perspectivas de crecimiento del gigante de África Occidental. “Kimberly-Clark eligió una muy buena ubicación”aseguró el vicepresidente del país, Yemi Osinbajo, destacando el número récord de bebés nacidos cada año en el país más poblado del continente, con unos 220 millones de habitantes.

Lamentablemente, a finales de mayo, la empresa estadounidense anunció el fin de todas sus operaciones en Nigeria. A ” decisión difícil ” tomado debido a un cambio en sus prioridades estratégicas a nivel global, explicó, pero también a la evolución económica de un país hoy consumido por una profunda crisis.

Kimberly-Clark no es un caso aislado. En los últimos meses, varias multinacionales, desde Procter & Gamble hasta GSK, pasando por Bayer y Sanofi, han optado por reducir su presencia en Nigeria, o incluso abandonarla por completo. Desde entonces, la lista se ha ampliado con un nuevo nombre: el martes 11 de junio, el grupo británico de bebidas espirituosas Diageo anunció la venta de su participación mayoritaria en su filial Guinness Nigeria a Tolaram, una empresa con sede en Singapur.

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“Todas estas salidas reflejan un entorno empresarial muy difícil para las empresas”, indica David Omojomolo, analista de la firma de investigación Capital Economics. El contexto se ve empañado por una inflación galopante, cuyas repercusiones son difíciles de absorber para los grandes grupos de consumidores. En mayo, esta cifra alcanzó casi el 34%, su nivel más alto en veinticuatro años. Como resultado, el poder adquisitivo se está reduciendo drásticamente en un país donde, según el Banco Mundial, 87 millones de personas ya viven por debajo del umbral de pobreza. “Los consumidores nigerianos ya ni siquiera pueden permitirse un Goldberg [une bière blonde bon marché] después de un duro día de trabajo », se lamentó en febrero Hans Essaadi, jefe de las cervecerías nigerianas. Para gestionar esta mala situación, la cervecería, filial de Heineken, anunció en abril el cierre temporal de dos de sus nueve fábricas.

Depreciación de la moneda local

El aumento de los precios se ve impulsado por la fuerte depreciación de la moneda local: la naira ha perdido alrededor del 60% frente al dólar desde junio de 2023 y la llegada al poder del presidente Bola Tinubu, instigador de una reforma cambiaria acompañada de múltiples devaluaciones. El jefe de Estado indicó entonces que el banco central dejaría de respaldar la naira racionando su oferta de billetes verdes. Una medida que supuestamente facilitará la vida a las empresas que deben obtener dólares para pagar sus importaciones o repatriar sus ganancias en divisas. Pero la escasez de divisas sigue siendo un problema latente en un país que obtiene la mayor parte de sus ingresos de la caída de la producción de petróleo.

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