Al anunciar, con pocas horas de diferencia, la salida de los soldados franceses de su suelo, Senegal y Chad formalizaron una “reorganización” que París venía preparando desde hacía mucho tiempo. Pero la forma es catastrófica y, una vez más, beneficia la influencia rusa. El presidente senegalés, Bassirou Diomaye Faye, declaró que la “soberanía” de su país no “da cabida a la presencia de bases militares” y pidió una “asociación despojada” de soldados franceses.
Poco después, cuando el Ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, acababa de abandonar Yamena, su homólogo chadiano, Abderaman Koulamallah, anunció “la rescisión del acuerdo de cooperación en materia de defensa” firmado con París. Una decisión que tomó a París por sorpresa. El viernes por la tarde Francia declaró que “tomaba nota” de la decisión chadiana.
Después de la salida forzosa en los últimos años de soldados franceses de Mali, Burkina Faso y luego Níger, donde se establecieron juntas hostiles, Chad fue el último país del Sahel que todavía los acogió. Estas dos declaraciones se producen mientras Jean-Marie Bockel presentaba el lunes su informe sobre la reconfiguración del sistema militar francés en África, abogando por una asociación “renovada” y “co-construida”.
“Los franceses están escondiendo la cabeza en la arena”
El informe “recomendaba una reducción drástica de la presencia. Esto no es necesariamente lo que solicitaron inicialmente los socios. Pero las decisiones iban en esa dirección, prefirieron anunciar que la decisión era suya”, comenta Elie Tenenbaum, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (Ifri).
Las autoridades chadianas no están satisfechas “porque las recomendaciones no tienen en cuenta sus expectativas”, opina Yamingué Bétinbaye, doctor en geografía política en la Universidad de Yamena.
“Una vez más, los africanos han avanzado más rápido que los franceses”, añade Elie Tenenbaum. Al hacerlo, ofrecen a Rusia, en medio de su creciente influencia en el continente, un bonito regalo. “Tanto Chad como Senegal han fortalecido el comercio con Moscú en los últimos meses”.
Un análisis que recuerda las declaraciones de la semana pasada del opositor chadiano Succès Masra. “Hay muchas personas abiertamente prorrusas en la presidencia. Wagner ya está ahí”, aseguró. Los líderes chadianos “pueden liberar a los franceses en cualquier momento, pero todo el mundo hace como si eso no existiera.
“Una página que pasa”
Para Wolfram Lacher, del grupo de expertos alemán del SWP, “es una página que está pasando” para la antigua potencia colonial. “Es una sorpresa (…), Déby no necesitaba dar este paso. Tenía una posición cómoda con París. Y a partir de ahora “necesitará otro apoyo externo para garantizar la seguridad de su régimen”, aunque podría “evitar una relación de dependencia con Moscú” diversificando su apoyo.
La secuencia se refiere a la incapacidad de Francia para romper el impasse y el oprobio de las opiniones africanas, incluso desde que París anunció en 2022 el fin de la operación antiyihadista Barkhane en el Sahel.
En enero, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Thierry Burkhard, admitió que el “sistema militar” francés producía “particularmente en el ámbito de percepciones de efectos negativos que acaban pesando más que los efectos positivos”. “Se puede describir como una bofetada”, afirma Wolfram Lacher.
(afp)