Se trata de una novela biográfica, entre sombras y luces, que ofrece Isabelle Pandazopoulos en “Las siete casas de Anna Freud”. Fascinado por la figura de Anna, última hija de Sigmund y Marta Freud, el autor pinta un retrato conmovedor de una joven no querida que le abrirá el camino a la psicología pediátrica.
Cuando pensamos en Sigmund Freud, el hombre y su obra eclipsan su vida familiar. Y, sin embargo, fue en esta familia, con su esposa Marta y sus seis hijos, donde se desarrollaron sus teorías más conocidas. Entre los niños, una niña nacida en 1895, Anna. No es deseada, es hija de “demasiados”. Poco querida por su madre, que enferma periódicamente, la pequeña se muestra temperamental y desespera a sus padres.
un patito feo
Marimacha y poco convencional, Anna desafía las expectativas de una era en la que se espera que las mujeres jóvenes sean recatadas y dóciles. Idolatrando a su padre, sueña sin embargo con su independencia. No será ni esposa ni madre, como exige la buena sociedad vienesa, pero trabajará. Fue gracias a su madrina, la psicoanalista y literata Lou Andreas-Salomé, que encontró el coraje de presentarse, a los 26 años, ante la Sociedad Psicoanalítica de Viena para buscar un lugar y un reconocimiento que considera suyo por derecho.
Anna Freud es una antiheroína en el sentido de que no encaja en la imagen que tenemos hoy de una mujer poderosa, pero también es una heroína, porque nunca dejó de luchar contra sí misma y el mundo y logró crear su propia camino.
Fue confiando en su madrina que Anna Freud descubrió su vocación: cuidar y comprender a los niños. Tras un breve período de profesora, con una salud debilitada y víctima de haber contado (quizás) demasiado a su padre sobre sus inclinaciones, Anna se convierte en la portavoz de los niños. En 1927, cofundó una escuela en Viena, integrando el psicoanálisis en las nuevas pedagogías. Ya no se detiene, multiplicando los estudios fundamentales sobre el trauma y las necesidades específicas de los jóvenes, en particular los niños supervivientes de los campos de concentración.
Una vida de renuncia
“Las siete casas de Anna Freud” explora los vericuetos de una vida marcada por los desafíos de la emancipación femenina, y nos permite percibir la fascinación obsesiva que siente por su padre. Tejiendo la historia de los lugares que marcaron a Anna, entre Viena y Londres, Isabelle Pandazopoulos narra el destino de una mujer excepcional, alimentada por amores frustrados y homosexuales, y por una búsqueda de identidad.
La novela mezcla lo íntimo con lo real, lo pequeño y lo grande Historia, huida y renuncia. A través de esta figura de Anna Freud tomamos conciencia de los sacrificios que exigen las mujeres ambiciosas. Anna Freud dedicó su vida a los demás. Ya era hora de que ella se convirtiera en una heroína novedosa.
Catherine Fattebert/sra.
Isabelle Pandazopoulos, “Las siete casas de Anna Freud”, ediciones Actes Sud, agosto de 2024.
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