Paleontología
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El 24 de noviembre de 1974 se descubrieron 52 fragmentos óseos de un Australopithecus. ¿Es ella nuestro primer antepasado? ¿Seguiría trepando a los árboles? ¿Cómo murió? ¿Utilizó alguna herramienta? En medio siglo, el famoso esqueleto ha aportado tantas respuestas como nuevas preguntas.
Era el 24 de noviembre de 1974 y, como este año, era domingo. A orillas de un río en el norte de Etiopía, una treintena de paleontólogos locales, estadounidenses y franceses se afanaban en excavar un yacimiento llamado Hadar, en busca de huesos conservados bajo tierra desde hacía unos 3 millones de años. Entre los huesos de antílopes, ganado vacuno y jirafas surgieron restos de aspecto humano. Algunas costillas, fragmentos de un brazo, una mandíbula, parte de una pelvis… El esqueleto de un australopiteco, al que los investigadores llamaron Lucy en un famoso homenaje a la canción de los Beatles que estaban escuchando esa noche, Lucy en el cielo con diamantes.
Este descubrimiento sacudió nuestra comprensión de la evolución humana… y fue solo el comienzo. Cincuenta años después, elAustralopithecus afarensis – La especie de Lucy – siempre constituye “una de las especies más importantes en la historia de la evolución humana”, estima su descubridor, Donald Johanson, en un artículo de aniversario que firmó conjuntamente en Para la ciencia. ¿Qué hemos aprendido, desde ayer hasta hoy?
1974: los bípedos de cerebro pequeño y la creación de los australopitecos
Cuando el paleontólogo estadounidense Donald Johanson y su alumno Tom Gray descubren los primeros huesos de Lucy, comprenden que acaban de tropezar con una mina de oro. “Miramos la pendiente del barranco, y era increíble, había una m
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