Situado cerca del ojo de la tormenta, Simon Geissbühler, de 51 años, habló con el Gaceta Diaria. Se niega a calificar su mandato de “peligroso”, ya que en el pasado “visitó a menudo zonas de guerra”. Lo cual no quiere decir que no se produzcan ataques armados en Tel Aviv. Recientemente, el diplomático tuvo que refugiarse con su familia y su personal en el refugio subterráneo de su residencia. El 1 de octubre, Irán disparó numerosos cohetes contra el servicio secreto israelí, “y los proyectiles volaron a unos dos kilómetros de nuestra casa, en cuatro oleadas de diez minutos cada una. Las explosiones provocadas por las defensas antiaéreas fueron enormes e increíblemente ruidosas.
“No estoy aquí para hacer las paces”
Su mandato es políticamente delicado. “Cuando llego el viernes al final de una semana laboral, a veces me cuesta recordar lo que hice: están sucediendo muchas cosas”. Debe mantener el rumbo, un rumbo que formula de manera concisa: “Mi mandato es representar a Suiza. Soy responsable de las relaciones bilaterales entre Suiza e Israel”. ¿Qué pasa con los palestinos? “Nuestra oficina en Ramallah está ahí para eso”. ¿No es una respuesta un poco fácil?, pregunta nuestro colega. “No, es importante entender cuál es mi trabajo. No soy el embajador de la paz en Oriente Medio”, afirma, antes de añadir inmediatamente: “Pero, por supuesto, estamos comprometidos con la paz en la región. También redunda en beneficio de Suiza”.
Recientemente, Simon Geissbühler condenó públicamente los ataques antisemitas en Amsterdam, en el marco de un partido de fútbol en el que participaba un equipo israelí. Reconoce que “los aficionados israelíes provocaron, pero eso no justifica lo que pasó después”. Un discurso claro da “credibilidad” a Suiza.
Asimismo, el embajador en Tel Aviv “se expresó en la otra dirección”: “Cuando el Ministro de Finanzas de Israel, Smotrich, habló de la anexión de Cisjordania”, él mismo hizo una “declaración extrema”. Lo condené en consulta con el Departamento Federal de Asuntos Exteriores en Berna”.
“No hay ping-pong entre los dos campos”
Simon Geissbühler, sin embargo, advierte contra la idea de jugar al “ping-pong” entre ambos bandos. “Expresamos nuestro desacuerdo, regular y enérgicamente, sobre la guerra en Gaza, ya sea en Berna o en Nueva York, en el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero eso no significa que no podamos decir nada sobre el antisemitismo”.
Historiador de formación, autor de una investigación sobre el Holocausto, este cincuentón no se considera amigo de Israel. “Preferiría hablar de empatía crítica”. Señala los intentos de la Confederación de calmar las relaciones entre israelíes y palestinos. “Suiza quiere reactivar el diálogo a varios niveles. Somos respetados como actores neutrales y actuamos discretamente entre bastidores. Pero sigue siendo difícil. La gente está traumatizada y cansada de la guerra. El pesimismo está muy extendido”.
Por tanto, no hay elección: debemos “seguir siendo realistas”. Lo cual no significa en absoluto que no se deba intentar nada y que no se pueda hacer nada. Todo lo contrario”.