La justicia italiana anunció el miércoles cargos contra dos personas no identificadas por espionaje en beneficio de la “inteligencia” rusa. Los dos acusados son sospechosos de haber “colaborado con los servicios de inteligencia rusos para proporcionarles información sensible”.
Las búsquedas revelaron “el interés de la inteligencia rusa en mapear los sistemas de videovigilancia de las ciudades de Milán y Roma”, pero también “las zonas grises”, es decir, las zonas urbanas no equipadas con cámaras de vigilancia, precisa la fiscalía, que indicó en un comunicado de prensa que iba a iniciar un proceso penal por “corrupción de ciudadanos (italianos) por parte de un actor extranjero”, delito agravado por el hecho de que se cometió “con fines de terrorismo y subversión”.
Según las conclusiones de la investigación preliminar, desde mayo de 2023 se dedicaron “a la búsqueda de documentos clasificados, fotografías de instalaciones militares e información sobre técnicos especializados en drones y seguridad electrónica”, a cambio de una remuneración en criptomonedas.
En particular, habían propuesto a las compañías de taxis de Milán equipar sus vehículos con cámaras a bordo de forma gratuita, con el objetivo –desconocido para los taxistas– de entregar las imágenes a la inteligencia rusa, que “podría haberlas explotado para múltiples fines”. ”.
