Dos cables de telecomunicaciones resultaron dañados en el Mar Báltico en cuarenta y ocho horas entre Finlandia y Alemania, por una parte, y Suecia y Lituania, por otra, lo que reavivó las sospechas de sabotaje en el marco de una “guerra híbrida”, especialmente contra Rusia.
Suecia anunció la apertura de una investigación por “sabotaje”, con el apoyo de Alemania, en relación con los dos cables dañados.
El “C-Lion1”, un cable submarino de 1.172 kilómetros que une Helsinki con Rostock, un puerto del mar Báltico en el noreste de Alemania, se rompió el lunes, según su operador, el grupo tecnológico finlandés Cinia.
Esta rotura, situada al sur de la isla de Öland en aguas suecas, a unos 700 kilómetros de Helsinki, provocó el corte de todas las conexiones de fibra de este cable.
“Este tipo de ruptura no se produce en estas aguas sin impacto externo”, añadió el grupo público.
La policía finlandesa también ha abierto una investigación.
Suecia y Lituania, después de Finlandia y Alemania la víspera, dijeron estar “profundamente preocupadas” por la rotura del cable que conecta a sus dos países.
“Sanciones”
“Situaciones de este tipo deben evaluarse teniendo en cuenta la creciente amenaza que representa Rusia en nuestra vecindad”, dijeron los ministros de defensa de los dos países, citando “un número cada vez mayor de actividades híbridas en Europa”.
Una vez concluidas las investigaciones, la UE y los Estados miembros “deben aprovechar al máximo su nuevo régimen de sanciones contra este tipo de sabotaje de infraestructuras críticas”, afirmó el lituano Laurynas Kasčiūnas.
El domingo por la mañana también resultó dañado otro cable de telecomunicaciones, el “Arelion”, que une la isla sueca de Gotland con Lituania, explicó el martes Audrius Stasiulaitis, portavoz de la filial lituana del operador sueco Telia. El tráfico de Internet se desvió a través de otros enlaces internacionales.
“Podemos confirmar que la interrupción del tráfico de Internet no fue provocada por una falla en el equipo sino por daños materiales en el cable de fibra óptica”, detalló, precisando que los clientes no se vieron afectados.
“Movimientos de barcos”
Según el ministro sueco de Defensa Civil, Carl-Oskar Bohlin, citado por el canal TV4, “las fuerzas armadas suecas y la guardia costera, gracias a su conocimiento de la situación marítima, detectaron movimientos de barcos correspondientes en el tiempo y en el espacio a las interrupciones eso ocurrió”.
Un barco chino, el Yi Peng 3, zarpó del Mar Báltico a primera hora de la mañana del martes, seguido por la marina danesa, y estaría en el radar de “varios países”, según informaron los medios finlandeses y suecos.
El lunes por la noche, las ministras de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, y de Finlandia, Elina Valtonen, hablaban de la amenaza de actores “maliciosos” como Rusia.
“Nuestra seguridad europea no sólo está amenazada por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, sino también por las guerras híbridas emprendidas por actores maliciosos”, dijeron.
Los países europeos utilizan cada vez más el término “guerra híbrida” para describir las acciones destinadas a perjudicarlos, según ellos, llevadas a cabo por Moscú desde la invasión de Ucrania en 2022.
zona tensa
El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, estimó el martes por la mañana que el “sabotaje” fue sin duda el culpable de los daños. “Nadie cree que estos cables se hayan cortado por accidente”, afirmó.
“No creo en las versiones de anclajes (para barcos) que accidentalmente habrían dañado estos cables”, añadió el ministro de Defensa alemán.
En octubre de 2023, un gasoducto submarino entre Finlandia y Estonia resultó dañado, como demostró más tarde la investigación, por el ancla de un carguero chino que había continuado su ruta.
Estos incidentes recuerdan también el sabotaje en septiembre de 2022 de los gasoductos Nord Stream, que aún no ha sido esclarecido. En agosto, el Wall Street Journal implicó al ex jefe de gabinete ucraniano, acusación calificada de “absoluta tontería” por Kiev.
Las tensiones en el Mar Báltico han aumentado desde la invasión rusa de Ucrania en 2022.
Moscú ve el aumento de la presencia de la OTAN cerca de sus fronteras como una provocación y una amenaza a su seguridad.
Con la adhesión de Suecia, tras la de Finlandia, todos los Estados ribereños del Mar Báltico, con excepción de Rusia, son ahora miembros de la Alianza Atlántica.
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