El sábado 9 de noviembre, los comediantes de “Saturday Night Live”, una verdadera institución de la televisión estadounidense desde hace cincuenta años, tuvieron un mensaje para Donald Trump, pocos días después de su victoria presidencial. “Todas las personas en este set votaron por ti. (…). Entonces, si mantienes algún tipo de lista de enemigos, no deberíamos estar en ella”. bromearon. Si optaron por tratar el tema en tono de broma, eso dice mucho sobre el clima de tensión en Estados Unidos.
El presidente electo ha hecho de la venganza un leitmotiv de su campaña. Durante años, ha amenazado con represalias contra quienes se interpongan en su camino, llegando incluso a presentar a sus oponentes políticos como “enemigos internos”. Pero ¿qué credibilidad se puede dar a estas proyecciones? ¿Deberíamos ver esto como una simple retórica de campaña destinada a galvanizar a sus tropas? ¿O un deseo real de hacer pagar a quienes se le oponían?
Sus partidarios señalan que Donald Trump no emprendió acciones legales contra Hillary Clinton después de su victoria en 2016, a pesar de que había prometido hacerlo. Sus detractores señalan que ahora tiene prácticamente todas las palancas del poder, un entorno ultraleal que no se le opondrá y una amplia inmunidad concedida en julio a los actuales presidentes por el Tribunal Supremo de mayoría conservadora. Pequeña muestra de las muchas personalidades a las que apuntó públicamente.
Liz Cheney, enemiga número uno, desde su propio bando
Ella es una de sus adversarias más simbólicas. La ex electa republicana se ha convertido en una paria dentro de su propio partido, desde que aceptó copresidir la comisión de investigación sobre el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 en Washington. La hija de Dick Cheney, ex vicepresidente de George W. Bush, ha seguido destacando el papel central de Donald Trump en este intento de golpe.
Derrotada por un trumpista en las elecciones intermedias de 2022 en Wyoming, hizo campaña junto a Kamala Harris para impedir el regreso de Donald Trump a la Oficina Oval. el sueña con verla “en prisión con el resto de los integrantes” de la comisión, como escribió en marzo en su red social Truth Social. Cuatro días antes de las elecciones, la acusó de ser una “ir a la guerra radical”, debido a sus posiciones en política exterior. “Pongámosla con un arma y otros nueve disparándole y veamos cómo se siente cuando le apuntan las armas. sobre ella”, -soltó.
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