Un presunto narcotraficante murió durante la noche del miércoles al jueves en el sur de España tras una colisión de una embarcación con agentes de la Guardia Civil que realizaban una operación de vigilancia antidrogas, según este último.
Según un portavoz de la Guardia Civil, la colisión se produjo sobre la medianoche en la desembocadura del río Guadalquivir, en Sanlúcar de Barrameda, localidad situada cerca de la ciudad andaluza de Cádiz. A bordo de la patera se encontraban tres personas cuando impactó contra la patera de la Guardia Civil. En el impacto, dos agentes resultaron levemente heridos, víctimas de “contusiones”, indicó esta fuente a la AFP.
Los tres traficantes se marcharon entonces para refugiarse en una orilla del Guadalquivir, donde uno de ellos, gravemente herido, “fue abandonado” por sus compañeros, que huyeron. Al llegar a la orilla, los guardias civiles intentaron reanimar a la víctima, antes de transportarlo a Sanlúcar de Barrameda. Este hombre, cuya edad no fue precisada, finalmente falleció a la una de la madrugada.
Según el portavoz de la Guardia Civil, los cómplices de la víctima aprovecharon la ausencia de los agentes, ocupados atendiendo a su acompañante, para regresar al lugar de la tragedia y prender fuego a su embarcación.
La colisión se produjo muy cerca del lugar donde se produjo otro accidente el pasado 1 de septiembre, en el que murió un narcotraficante tras una persecución con la Guardia Civil. Ese día, la embarcación de los narcotraficantes aceleró 400 metros antes de estrellarse “a toda potencia” en la orilla del río, donde se encontraron un centenar de fardos de hachís.
España es uno de los principales puntos de entrada de droga a Europa, especialmente a la región de Andalucía (sur), debido a su proximidad con Marruecos, donde se produce la resina de cannabis. La propia Bahía de Cádiz es escenario habitual de incautaciones de drogas. A principios de febrero, dos guardias civiles murieron allí tras un choque en plena noche entre su patera y una patera de un narcotráfico en el puerto de Barbate. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, calificó entonces los hechos de “un magnicidio” y prometió “impunidad cero” contra el narcotráfico en la región.