¿Cómo será el segundo mandato de Donald Trump? Los primeros nombramientos del presidente electo y el circo que lo rodea dan algunas pistas.
Algunos partidarios o apologistas de Trump han presentado su elección como una victoria popular contra la oligarquía. Por el contrario, el “nuevo Trump” parece más bien un autócrata en potencia, rodeado de aduladores y bajo el control de oligarcas.
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El principal criterio de Trump en sus nominaciones es la lealtad a su persona, incluida la adhesión a la Gran Mentira de su supuesta victoria robada en 2020. Nikki Haley y Mike Pompeo aprendieron esto de la manera más difícil cuando Trump insistió en excluirlos de antemano.
También está claro que la obsequiosa lealtad demostrada por Marco Rubio, Elise Stefanik, Michael Waltz, Tulsi Gabbard y Matt Gaetz fue la condición principal, si no la única, de su selección para puestos clave.
Estamos a años luz del “equipo de rivales” de Lincoln o del bipartidismo que se le exigió a Kamala Harris. Aquellos que deseen unirse a la administración Trump tendrán que inclinarse ante Mar-a-Lago.
Oligarquía
Si bien es cierto que varios multimillonarios han respaldado a Kamala Harris, lo cierto es que los oligarcas han apoyado a Trump, que desempeñan un papel clave en su equipo de transición y que ejercerán una enorme influencia sobre su administración.
Al frente está Elon Musk, el hombre más rico del planeta. Musk, uno de los mayores proveedores del gobierno estadounidense y uno de los mayores beneficiarios de sus subvenciones, “invirtió” alrededor de cien millones de dólares en la campaña de Trump y ha recuperado varios cientos de veces el precio de sus acciones desde las elecciones.
Musk ha interferido anteriormente en conversaciones entre Trump y líderes extranjeros y ha presionado para colocar a sus subordinados en puestos clave. Desempeñará un papel central en la administración. ¡Al diablo con los conflictos de intereses!
Otros megadonantes republicanos también reclamarán su parte del pastel y se espera que la familia Trump se embolse, a través de diversos esquemas, cientos o miles de veces el salario al que su patriarca renunciará simbólicamente.
También estarán presentes oligarcas extranjeros –rusos, sauditas u otros–, pero esa es otra historia.
Autocracia
Mucho se ha dicho sobre la amenaza que representa Trump para las instituciones estadounidenses. Durante su primer mandato, Trump ayudó a concentrar el poder en manos del presidente y su Corte Suprema le otorgó inmunidad casi total.
Incluso si puede contar con el servilismo de los funcionarios republicanos electos en el Congreso, Trump ha exigido que el Senado abandone su poder de supervisar las nominaciones. Una capitulación así representaría un primer paso hacia la autocracia.
Otro indicador de autoritarismo: el “zar” de la inmigración designado por Trump ha anunciado que ignorará las normas constitucionales para deportar a millones de inmigrantes indocumentados y que buscará revocar la ciudadanía a sus hijos.
Según se informa, Trump también propuso crear una comisión responsable de purgar a los ejecutivos “despertados” de las fuerzas armadas y su “Proyecto 2025” promete purgas aún más profundas en el servicio público.
Quien ya ha anunciado su intención de ser “dictador por un día” ya parece bastante dispuesto a probarlo.