doCreada en 1976, la ONG Portes Ouvertes tiene como misión informar y animar a los cristianos de Francia y Bélgica, con el apoyo de Portes Ouvertes Belgique, para que se movilicen por la causa de los cristianos perseguidos. Cada año, la ONG publica un “Índice mundial de persecución cristiana”. La edición de 2024, publicada en línea en enero de 2024, revela que 365 millones de creyentes se ven afectados por la violencia o la discriminación a causa de su fe. Así, 1 de cada 5 cristianos en África, 2 de cada 5 cristianos en Asia y 1 de cada 16 cristianos en América Latina fueron perseguidos en 2023. Entre los 50 países enumerados por la ONG donde los cristianos son perseguidos, 33 son miembros de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) y 15 pertenecen a la Liga Árabe. Otros países están gobernados por regímenes autoritarios o de partido único, como Corea del Norte, China, Laos o Cuba. La persecución que sufren los cristianos va desde la violencia física hasta la discriminación sistémica.
Por ejemplo, los cristianos en la República Islámica de Pakistán sufren desde hace décadas una discriminación sistémica: las autoridades les imponen trabajos considerados degradantes, subraya la ONG. A menudo se les percibe como “sucios” (“chura”). Debido a su pobreza, muchos de ellos se convierten en víctimas de trabajos forzados. Cada año, cerca de 1.000 jóvenes cristianas o hindúes, de entre 12 y 25 años de edad, son secuestradas. Luego son convertidas por la fuerza al Islam y casadas con hombres musulmanes. A esta precaria situación se suman los peligros relacionados con la infame ley sobre la blasfemia, promulgada en 1986 bajo el régimen del general Zia Ul Haq, principal responsable de la islamización del país en los años 1980. Esta ley castiga con cadena perpetua a quienes profanan la vida. Corán y sentencia de muerte para quienes insultan al Profeta. Esta ley se utiliza a menudo para atacar a las minorías religiosas, lo que a menudo provoca disturbios violentos.
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En Irán, la conversión del Islam al cristianismo es ilegal y los conversos enfrentan duras penas de prisión. Cualquiera que sea miembro de una iglesia clandestina puede ser acusado de un delito contra la seguridad nacional. Los musulmanes que se convierten al cristianismo a menudo enfrentan presiones familiares y comunitarias y asisten a iglesias clandestinas. En Afganistán, si se descubre la fe cristiana de un afgano, se enfrenta a la pena de muerte o puede ser detenido y torturado. Muchos cristianos huyeron del país cuando los talibanes tomaron el poder y la mayoría de las iglesias clandestinas fueron cerradas. En Argelia, sólo 4 iglesias de un total de 46 permanecen abiertas. La represión de las autoridades queda ilustrada por la condena a prisión de una veintena de cristianos por hacer proselitismo o participar en ceremonias religiosas no autorizadas.
Perseguidos y olvidados
En octubre de 2024, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), fundación católica internacional de derecho pontificio fundada en 1947 dedicada a ayudar a los cristianos perseguidos en todo el mundo, acaba de publicar el informe “Perseguidos y olvidados”, que pone de relieve la alarmante situación de Cristianos en 18 países, incluidos Turquía, Siria, Irak, Irán, Pakistán, India, Corea del Norte, China y Nigeria. Este informe revela una intensificación de la persecución, basado en cientos de testimonios recogidos entre 1es Agosto de 2022 y 30 de junio de 2024.
En Asia, regímenes autoritarios como China y Corea del Norte ven al cristianismo como una amenaza. Finalmente, en América Latina, Colombia y Nicaragua enfrentan grandes desafíos para sus comunidades cristianas, particularmente bajo el régimen de Ortega en Nicaragua. En África, la situación se está deteriorando: más de 7.600 cristianos fueron asesinados en Nigeria entre enero de 2021 y junio de 2023 a manos de grupos yihadistas. Burkina Faso también está experimentando un fuerte aumento de la violencia, con alrededor del 60% de las parroquias cerradas. Están surgiendo grupos yihadistas en otras regiones como Mozambique. En el Cercano y Medio Oriente, los cristianos están huyendo en masa. En Siria, su población ha caído de 1,5 millones en 2011 a 250.000 en la actualidad. En Irak, a pesar de la derrota de Daesh, la inseguridad persiste y la población cristiana se ha reducido a menos de 200.000 personas. En Türkiye, los cristianos enfrentan discriminación bajo un régimen nacionalista.
ENTONCES ? Es imperativo que nuestras democracias ejerzan una presión firme para poner fin a esta persecución. Si las personas siguen siendo perseguidas a diario por su fe y nuestras democracias permanecen silenciosas e inactivas, entonces los Estados rebeldes, los dictadores de todo tipo, así como las organizaciones cómplices y los grupos yihadistas armados, en particular los islamistas, se beneficiarán de nuestro silencio. . Este silencio culpable no sólo demuestra indiferencia ante el horror; soporta lo peor y deja la puerta abierta a atrocidades inaceptables. Es hora de actuar, denunciar y defender a quienes sufren en silencio.