Se trata de la sexta ejecución pública desde su regreso al poder en 2021. Las autoridades talibanes dispararon tres veces a un hombre condenado por asesinato el miércoles en el este de Afganistán. El hombre recibió un disparo por la mañana en el estadio de fútbol de Allez, capital de la provincia de Paktia, ante miles de espectadores.
“Es una orden de Dios”
“Es una orden de Dios, somos musulmanes y debemos cumplirla”, dijo a la AFP Sayedullah, que se encontraba en las gradas del estadio de 15.000 asientos. “Antes esto no se aplicaba y era desorden, hoy, afortunadamente, estamos en un sistema islámico”, continuó.
Mobin, otro espectador de la ejecución, dijo que veía “beneficios” en ella. “Nadie querrá matar y nadie matará” después de este castigo público, afirmó a la AFP. El martes, la gobernación llamó a los residentes en las redes sociales a “participar en el evento”. En el estadio estuvieron presentes varios ministros y funcionarios provinciales. La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (Manua) pidió una “moratoria inmediata” al considerar que estas ejecuciones públicas “contravienen las obligaciones de Afganistán en materia de derechos humanos”.
La orden de ejecución fue firmada por el líder supremo de los talibanes, el emir Hibatullah Akhundzada, que vive recluido en su bastión sureño de Kandahar y gobierna el país por decreto o instrucciones, indicó el Tribunal Supremo en un comunicado. Tribunales de diferentes jurisdicciones habían examinado previamente el caso “con mucho cuidado y en varias ocasiones”, dijo el Tribunal.
Se consultó a la familia de la víctima para saber si perdonarían al condenado. Ante su negativa, la ejecución se ordenó bajo el principio islámico de “qisas” o ley de represalia, de la misma fuente. A continuación, en el estadio se entregó un arma a un miembro masculino de esta familia, que disparó tres veces al condenado.
Este último fue declarado culpable del asesinato, perpetrado antes de que las autoridades talibanes asumieran el poder. En febrero, tres hombres fueron ejecutados en la misma semana, dos en Ghazni, en el este, y uno en Sheberghan, en el norte. Antes de eso, un hombre recibió un disparo en diciembre de 2022 y un segundo en junio de 2023. Todos fueron condenados por “asesinato”.
“Hasta la muerte”
Las ejecuciones públicas fueron habituales durante el primer régimen talibán, entre 1996 y 2001. La mayoría de los condenados eran asesinados mediante disparos o lapidaciones, según los delitos imputados. Una de las imágenes más impactantes de su primer régimen sigue siendo la de 1999, la ejecución de una mujer que vestía burka en un gran estadio de Kabul, frente a miles de espectadores. Había sido condenada por matar a su marido.
Desde agosto de 2021, las autoridades llevan a cabo periódicamente azotes públicos por otros delitos, como robo, adulterio o consumo de alcohol. El emir Hibatullah Akhundzada afirmó en agosto, en el tercer aniversario de la toma de Kabul, que la aplicación de la ley islámica era “una responsabilidad hasta la muerte”.