El nuevo jefe de Gobierno se comprometió en un discurso de toma de posesión en francés a “trabajar incansablemente (…) por la cohesión política” y “el restablecimiento de la seguridad” en el país. “Me comprometo (…) a poner mi energía, mis capacidades y mi patriotismo al servicio de la causa nacional”, declaró Alix Didier Fils-Aimé, quien también habló de las próximas “elecciones”, mientras el país se ve privado de una presidente desde 2021.
Una decisión “empañada por irregularidades”
Su predecesor, Garry Conille, fue nombrado a principios de junio para intentar estabilizar el país. La decisión de destituirlo de su cargo se produjo el domingo, cuando el Consejo de Transición quiso cambiar a los jefes de varios ministerios en contra del consejo del primer ministro saliente. Garry Conille denunció el domingo una decisión en su contra “contaminada de ilegalidad”.
Haití ha sufrido una inestabilidad política crónica durante décadas. Pero en los últimos meses, este país caribeño ha tenido que afrontar un nuevo resurgimiento de la violencia de las pandillas, que controlan el 80% de la capital, Puerto Príncipe. Estos grupos armados, acusados de numerosos asesinatos, violaciones, saqueos y secuestros para pedir rescate, decidieron a principios de año unir fuerzas para derrocar al primer ministro Ariel Henry.
Tras su dimisión en abril, se creó el Consejo Presidencial de Transición, integrado por nueve miembros, para ejercer el poder ejecutivo, con la pesada tarea de restablecer la seguridad y organizar elecciones (las últimas se remontan a 2016).
1.233 asesinatos en tres meses
La situación ha seguido empeorando desde entonces, a pesar del establecimiento de la misión multinacional de apoyo policial. Apoyada por la ONU y Estados Unidos, esta misión liderada por Kenia comenzó a desplegarse este verano con algo más de 400 hombres hasta el momento.
El lunes, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamó a los actores políticos haitianos a “superar sus diferencias” y “trabajar juntos”, según su portavoz. Según la misión de la ONU en Haití (Binuh), entre julio y septiembre se cometieron todavía 1.233 asesinatos, de los cuales un 45% atribuibles a las fuerzas del orden y un 47% a bandas, en este país de 12 millones de habitantes.
Los actos particularmente violentos a veces tienen como objetivo a los niños, y las víctimas son mutiladas con machetes, apedreadas, decapitadas, quemadas vivas o enterradas vivas. Condiciones que han obligado a más de 700.000 personas, la mitad de ellas niños, a huir de sus hogares para encontrar refugio en otras partes del país, según las últimas cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En señal de inseguridad, un vuelo de Spirit Airlines procedente de Florida fue desviado el lunes a Santiago, en República Dominicana, donde una inspección “reveló indicios de daños en la aeronave compatibles con disparos”, según la aerolínea estadounidense de bajo coste, que informó ” lesiones leves” a un miembro de la tripulación. Sus conexiones con Haití están suspendidas, al igual que las de American Airlines.