doCincuenta años después de su descubrimiento en Etiopía el 24 de noviembre de 1974, Lucy sigue siendo un icono entre los fósiles prehumanos. Cuando el estadounidense Donald Johanson y Tom Gray, el estudiante que lo acompañaba, vieron unos fragmentos de hueso que sobresalían de una colina árida en Afar, rápidamente comprendieron que tenían en sus manos el santo grial de todo paleoantropólogo. Rápidamente aparecería un espécimen que representa el 40% del esqueleto de un mismo individuo, algo sin precedentes en un período tan antiguo: alrededor de 3,2 millones de años.
El mismo año, en Tanzania, se desenterró una mandíbula inferior, que se asociará con la misma especie. En 1975, se exhumaron a su vez 200 fósiles en Afar, que representan a 17 individuos probablemente relacionados. Le seguirán otros, incluido el fósil de un niño de tres años encontrado en Dikika (Etiopía) en 2000. Llamado Selam, será descrito erróneamente como “el hijo de Lucy”: habría nacido unos 100.000 años antes que ella.
Esta abundancia de fósiles llevó, en 1978, a los estadounidenses Donald Johanson y Tim White y al francés Yves Coppens (1934-2022), codirector de la expedición Afar, a proponer un nombre de especie para Lucy y sus semejantes: Australopithecus afarensiscuyas fechas cubren un período que va desde hace aproximadamente 3,8 a 3 millones de años, lo que lo convirtió en el ancestro humano potencial más antiguo.
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Cincuenta años después, ¿cuál es el estatus de este australopiteco (1,10 m y menos de 30 kilogramos) en nuestro árbol filogenético? Para Donald Johanson, A. afarensis “sigue siendo nuestro ancestro más probable y constituye una de las especies más importantes en la historia de la evolución humana”. Así concluye un artículo en coautoría con su colega etíope Yohannes Haile-Selassie, en Científico americano de noviembre (y en su versión francesa, Para la ciencia), con motivo del aniversario del descubrimiento.
“Nuestra tía abuela”
Los dos investigadores también revisan las numerosas especies nuevas del linaje humano desde su separación del de los chimpancés, a los que llamamos homínidos, descubiertas durante el último medio siglo. Primero están los más viejos, Sahelanthropus tchadensis (Chad), alias Toumaï, y Orrorin tugenensis (Kenia), de 7 y 6 millones de años respectivamente, y ya bípedo. Pero también anamensisa veces presentado como un antepasado cercano de Lucy, de la cual recientemente se supo que las dos especies probablemente habían coexistido. Y todos sus contemporáneos, cada vez más numerosos (A. bahrelghazalide lo contrario Abel, y R. No digo, o incluso Kenyanthropus platyops).
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