Según el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, 93 personas están desaparecidas desde las inundaciones que devastaron el sureste de España hace ocho días. Además de las autoridades y los servicios de emergencia, se están movilizando voluntarios.
Las lluvias torrenciales que cayeron en el sureste de España, equivalentes en algunos casos a un año de precipitaciones, dejaron, según un balance todavía provisional, 219 muertos. Además, 93 personas siguen desaparecidas, más de una semana después de las inundaciones.
En Torrent, cada día a las 10.00 horas, los voluntarios se reúnen para iniciar la búsqueda. En esta localidad del extrarradio de Valencia, los vecinos siguen sin tener noticias de Rubén, de 3 años, y de su hermano Izan, de 5, desaparecidos el pasado 29 de octubre arrastrados por las olas.
Llevado por la fuerza de las aguas
Sara vino desde Barcelona para ayudar con la investigación. “Vine con mi perro, está entrenado desde hace tres años para este tipo de investigaciones. Tengo ropa de Izan y Rubén con su olor”, explica a BFMTV.
Estas operaciones de búsqueda son llevadas a cabo por fuerzas de rescate, particularmente militares, pero sobre todo por voluntarios, a veces cercanos a la familia pero también desconocidos de otras comunidades del país.
La búsqueda para encontrar a Izán y Rubén se concentra en la zona residencial, completamente arrasada por las inundaciones, donde desaparecieron. Los dos niños habían pasado el día en casa de su abuela. Informado del mal tiempo que se avecinaba, su padre había salido temprano del trabajo para recogerlos.
El padre y sus dos hijos se encontraban en su casa de Torrent cuando comenzaron a caer las fuertes lluvias. Según relató la tía de los dos niños a RTVE, rápidamente se cortó la luz en la casa. El padre se sentó en la sala para tranquilizar a sus hijos. La fuerza del agua acabó derribando una pared de la casa, antes de que el agua destruyera todo en cuestión de segundos.
El padre intentó salvar a sus hijos pero la corriente era demasiado fuerte. Logró agarrarse a un árbol a unos 200 metros de su casa y permaneció allí durante cinco horas.
Terreno difícil para la investigación
Cuando el agua empezó a calmarse, a pesar de sus heridas, salió a buscar a Rubén e Izán, ayudado por un puñado de vecinos del lugar. Luego descubren un paisaje de desolación, con un pueblo desfigurado por las inundaciones y barro y escombros por todas las calles.
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La familia lanzó entonces un llamamiento en las redes, difundiendo una foto de los dos niños. Desde entonces, todos los días, los voluntarios han inspeccionado las ruinas de Torrent. Inspeccionan especialmente los vehículos dañados, marcando cada vehículo inspeccionado con una R en pintura roja, lo que significa que no se ha encontrado ningún cadáver allí. Por el contrario, los voluntarios marcan con una cruz el lugar donde se encuentra la víctima.
Domingo López, miembro de Protección Civil, explicó a Efe que los trabajos que están realizando son “muy complicados”, porque la zona “contiene muchos escombros, muebles y objetos de todo tipo”, habiendo arrasado la corriente casas enteras.
El barro y los sedimentos complican aún más el trabajo y explica que los dos niños “podrían quedar enterrados bajo dos metros”. Es posible que la corriente también los haya arrastrado a cientos de metros de su casa.
Desinformación
“Izan y Rubén son dos niños muy sonrientes. No perdemos la esperanza porque es lo último que se pierde ojalá alguien haya podido encontrarlos”, afirmó su tía en RTVE.
Paralelamente al drama, la familia de Izan y Rubén debe lidiar con la desinformación en las redes sociales.
La asociación SOS Desaparecidos, que difundió su aviso de búsqueda a nivel nacional, advirtió contra la difusión de una fotografía de un niño que los internautas presentan como el pequeño Rubén. Sin embargo, se trata de un joven mexicano en un evento completamente diferente.
Según las autoridades españolas, la desinformación ha aumentado desde la semana pasada y está complicando el trabajo de los servicios de emergencia al tiempo que genera confusión entre la población, especialmente entre los afectados.
Salomé Robles con Milán Argelas
