El 3 de mayo de 2024, un convoy salió de la ciudad de Fada-Ngourma para abastecer a la población de la comuna de Tankoualou. Este convoy está escoltado por soldados burkineses. Según los primeros testimonios, hubo víctimas en todos los pueblos atravesados por el convoy. “La mayoría de las víctimas son aldeanos que aceptaron pagar una especie de impuesto a grupos terroristas armados para poder cultivar sus tierras”, explica un analista que sigue la situación de seguridad en Burkina Faso.
Acusadas de complicidad con grupos terroristas armados, varias personas fueron secuestradas por los militares en las localidades atravesadas por el convoy. Así, durante varios días se encontraron cadáveres de decenas de civiles a lo largo de todo el recorrido recorrido por el convoy. “También hubo un enfrentamiento violento entre las fuerzas armadas y los yihadistas”, afirma un testigo.
Por el momento, no se ha producido ninguna comunicación oficial sobre estas nuevas masacres de civiles en la región Oriental, donde los grupos terroristas armados imponen el pago de 50.000 francos CFA (o aproximadamente 76,19 euros) per cápita para no ser alistados en sus filas.
