En Japón, los yakuza se limitan a robar cartas de Pokémon

En Japón, los yakuza se limitan a robar cartas de Pokémon
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Incluso para la yakuza, ya no hay pequeñas ganancias. La policía metropolitana de Tokio arrestó a Keita Saito, un kanbú, o ejecutivo de la banda Takinogawa, filial de Sumiyoshi-kai, el segundo sindicato del crimen organizado japonés más poderoso. El hombre presuntamente robó bienes por valor de 252.000 yenes (1.500 euros). Entre su botín se encontraban veinticinco cartas de Pokémon, productos populares derivados de los videojuegos. Monstruos de bolsillo lanzado en 1996 por Nintendo.

Es raro ver a un miembro de pleno derecho de una pandilla, especialmente a un ejecutivo, arrestado por este tipo de robo. Tradicionalmente, los yakuza ejercen sus talentos en ámbitos como el chantaje, la prostitución, el tráfico de drogas o incluso la usura, la explotación del trabajo de los jornaleros y la delincuencia de cuello blanco. Las organizaciones criminales también controlan restaurantes, bares, empresas de transporte por carretera e incluso agencias de empleo.

La yakuza se niega a atacar a los ciudadanos corrientes y, por tanto, sigue siendo una figura popular, incluso idealizada, como lo demuestran las numerosas películas, series y mangas en los que aparece. El éxito de la serie. Vicepresidente de Tokio (HBO Max), que sumerge al espectador en el barrio rojo de Kabukicho, en el Tokio de los años 90, muestra cuánto sigue fascinando.

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Pero el mundo de la yakuza está en declive. En 1992 y 2011, Japón aprobó leyes contra las “fuerzas antisociales” –el término oficial para el hampa– que les prohíben abrir cuentas bancarias, firmar contratos inmobiliarios e incluso utilizar carreteras. Las empresas ya no pueden hacer negocios con ellos.

Edición de fotos encantadora

Según la Agencia Nacional de Policía, la represión ha contribuido a una caída en el número de miembros del hampa. De 87.000 en 2006, pasó a 22.400 en 2022, lejos del pico histórico de 184.000 a principios de los años 1960. Y, como el resto de la sociedad, la yakuza está envejeciendo. En 2019, la proporción de personas mayores de 50 años alcanzó el 51,2%, superando por primera vez el 50%.

Las dificultades de las pandillas las empujan a diversificar sus actividades. En 2020, diez miembros de Yamaguchi-gumi, la banda más poderosa del archipiélago, fueron detenidos en Hokkaido (norte) por pescar ilegalmente pepinos de mar. La exportación de este sabroso marisco sería tan lucrativa como la venta de drogas. Los yakuza también se han especializado en retocar fotografías encantadoras, habilidad que se adquiere retocando las fotos de las azafatas de los bares que controlan.

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