En Lomé, los togoleses están divididos en vísperas de una doble votación con mucho en juego | TV5MONDE

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Los togoleses acudirán a las urnas el lunes para unas elecciones legislativas y regionales con mucho en juego y mucha tensión desde la adopción de una nueva Constitución, impugnada por la oposición, que la ve como un medio para prolongar el reinado del presidente Faure Gnassingbé.

Según esta reforma adoptada por unanimidad el 19 de abril por los diputados, el presidente será elegido para un mandato de cuatro años, renovable una vez, por los diputados y ya no por el pueblo. Por lo tanto, las próximas elecciones directas, previstas para 2025, no se celebrarán.

El poder residirá ahora en manos de una especie de superprimer ministro que será necesariamente “el líder del partido mayoritario” en la Asamblea Nacional.

Para este nuevo cargo será designado el líder del partido ganador en las elecciones del lunes. El presidente del partido mayoritario actualmente en la Asamblea, la Unión para la República (UNIR), no es otro que Faure Gnassingbé, en el poder desde 2005, siguiendo a su padre, que estuvo al frente del Estado durante casi 38 años.

La oposición teme que el nuevo texto permita la prórroga de Faure Gnassingbé como jefe del país.

La campaña electoral, que comenzó el 13 de abril, finalizó el sábado.

La oposición, que había boicoteado las últimas elecciones legislativas de 2018, se mostró muy mojada ante la gran maquinaria del partido gobernante.

“Estoy seguro de que si estas elecciones son transparentes, habrá cambios en este país. Estamos cansados ​​de ver a la misma familia en el poder. Yo nací en enero de 1970 y sólo conozco a la familia Gnassingbé en el poder”, confiesa Komlan Gato. , 54 años, pintor de edificios.

“No hay empleo para los jóvenes, los jóvenes están desesperados. El país está mal administrado y estamos cansados ​​del sistema vigente. Esta vez nadie nos engañará con promesas fantásticas que nunca se hacen realidad. “Ahora estamos amplios despierto”, insiste Ayaovi Sohou, comerciante de 32 años.

Bernado Agbévé, panadero, 28 años, pide a la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) que “publique los resultados de las urnas, buenos resultados y no ficticios”.

Para Elvire Atchou, 38 años, contable de una compañía de seguros, “Togo está cambiando, dejemos que el presidente Faure Gnassingbé continúe con los grandes proyectos: construcción de carreteras, escuelas, centros de salud, etc.”

“También se están haciendo esfuerzos para ayudar a las mujeres a realizar actividades generadoras de ingresos y para el empleo de los jóvenes a través de pequeños proyectos, pero reconozco que aún queda mucho por hacer”, añade.

“Hay paz”

“En Togo hay paz. Es muy importante para el desarrollo de un país. El presidente Faure Gnassingbé puede permanecer al frente de este país el mayor tiempo posible, eso no me molesta, siempre y cuando estemos cómodos”, afirma Nutsugan. Koffi, estudiante y mototaxista. “Lo único que los jóvenes esperan de ellos es empleo, porque nuestra principal actividad después de los estudios son los mototaxis (zémidjans)”, lamenta.

También aprueba la revisión constitucional, “una buena iniciativa, porque las elecciones presidenciales son a menudo una fuente de violencia y de varias muertes. Esta nueva reforma nos impedirá todo esto”.

En Togo, todas las elecciones presidenciales organizadas desde la llegada de la democracia en 1990 han sido impugnadas por la oposición, con oleadas de violencia, en particular durante las elecciones presidenciales de abril de 2005. Las estimaciones varían de 105 muertes, según una asociación cercana al poder, a 811 asesinado según la oposición. La ONU, por su parte, estimó en su momento que se habían producido “entre 400 y 500 muertos”.

Winiga Bafena, empresario de 32 años, invita en cambio al presidente a “no promulgar esta constitución”. “Si lo hace, conducirá a la violencia”, advierte.

Los dirigentes de los partidos políticos de la oposición y de las organizaciones de la sociedad civil siguen oponiéndose firmemente a esta reforma y denuncian un “golpe institucional” previsto, según ellos, para permitir que Faure Gnassingbé permanezca en el poder. Anunciaron “acciones a gran escala en los próximos días” sin dar detalles de estas movilizaciones.

También presentaron un recurso ante el Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) para exigir la retirada de este texto.

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