Aunque muy esperada por las asociaciones sanitarias, la prohibición de los cigarrillos mentolados también está resultando ser una cuestión electoral. Estos últimos son consumidos principalmente por los afroamericanos, un electorado inclinado hacia el lado demócrata y que tendrá un gran peso en las elecciones presidenciales de noviembre.
“Está claro que todavía hay conversaciones que debemos mantener y que van a llevar mucho más tiempo”, dijo el ministro de Sanidad, Xavier Becerra, en un comunicado.
La prohibición debía adoptarse en otoño y luego en marzo, y varias asociaciones habían expresado su temor de que el texto se pospusiera indefinidamente.
Una portavoz de la Asociación Estadounidense del Pulmón, Erika Sward, afirmó el viernes a la AFP que el presidente estadounidense, Joe Biden, no quiere “escuchar la ciencia”. “Un retraso adicional por parte de la Casa Blanca en esta regulación significa más muertes”, dijo. “Más niños empezarán a fumar y menos personas lo dejarán”.
Los cigarrillos mentolados se consideran una puerta de entrada al tabaquismo, lo que anima especialmente a los jóvenes a empezar a fumar. El mentol ayuda a enmascarar la aspereza y la irritación del humo del tabaco. También se asocian con una mayor adicción.
Algunos estados de EE.UU. ya han prohibido los cigarrillos mentolados, pero esto sería una prohibición federal.
