Oumaïma Khalil El Fenn, investigadora especializada en ingeniería medioambiental y desarrollo sostenible, afirmó que Marruecos está comprometido a respetar el Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de residuos peligrosos y su eliminación, uno de los convenios internacionales más importantes en este ámbito. Este convenio cuenta con 175 países ratificantes y 60 firmantes, y Marruecos es uno de los países que se han adherido a su aplicación mediante un dahir real publicado al efecto.
En declaraciones exclusivas a la revista Industria de MarruecosOumaïma Khalil El Fenn aclaró que Marruecos sólo importa residuos no peligrosos de países europeos, subrayando la importancia de esta distinción esencial. También destacó que estos residuos se utilizan como alternativa a los combustibles fósiles en grandes industrias, como las plantas de cemento Holcim.
Marruecos tiene una trayectoria exitosa en el reciclaje de residuos, donde materiales como plástico, cartón y metal se recogen y luego se utilizan como combustibles alternativos en industrias que requieren altas temperaturas. Aclaró que este proceso se lleva a cabo todos los años desde 2001, cuando el Convenio de Basilea entró en vigor en Marruecos.
Además, Khalil El Fenn abordó los debates políticos en torno a la importación de residuos, precisando que esta cuestión se plantea en contextos políticos. Reafirmó que Marruecos importa residuos no peligrosos de forma legal, de conformidad con los acuerdos internacionales vigentes.
Diferenciar residuos
También destacó la distinción entre residuos peligrosos y no peligrosos, recordando que los residuos peligrosos deben ser tratados en los países donde se producen, de acuerdo con las leyes internacionales que prohíben su transferencia.
Khalil El Fenn insistió en la necesidad de clasificar correctamente los residuos y garantizar que no presentan ningún peligro antes de su importación, poniendo fin a las dudas sobre la peligrosidad potencial de estos residuos. También aclaró que los residuos importados de Europa deben estar limpios y clasificados, haciéndolos aptos para su uso como combustibles alternativos eficientes.
El investigador se refirió también al respeto de las normas medioambientales, afirmando que Marruecos se esfuerza por respetar estas normas en el proceso de reciclaje y utilización de los residuos importados. Destacó que estas prácticas son parte de la llamada economía circular, cuyo objetivo es reducir las pérdidas y reutilizar los recursos de manera sostenible.
Finalmente, Khalil El Fenn reiteró la importancia de diferenciar los residuos peligrosos de los no peligrosos en cualquier operación de importación, insistiendo en la transparencia y verificación de la seguridad de los residuos importados para garantizar que no existe ningún riesgo ambiental asociado.
