La fiesta acabó muy mal. Durante la noche del jueves al viernes, poco después de medianoche, un sacerdote de Kalmthout, Bélgica, pidió ayuda después de que un colega británico que había ido a visitarlo a la casa parroquial se sintiera mal. Los servicios de emergencia intentaron reanimar al hombre de 69 años, pero sin éxito.
El sacerdote belga, de 60 años, fue encarcelado, anunció el sábado la fiscalía de la ciudad portuaria de Amberes. Está siendo procesado por “tráfico de drogas con resultado de muerte”.
Las primeras conclusiones de la policía, el laboratorio y el médico forense demostraron que los dos hombres “habían consumido éxtasis y poppers juntos y habían tenido relaciones sexuales”, afirmó la fiscalía.
La investigación sobre la causa exacta de la muerte continúa, ya que la autopsia no ha proporcionado una respuesta definitiva en este momento.
El chemsex, o sexo bajo los efectos de drogas sintéticas, existe desde hace más de una década, pero ha crecido en los últimos años hasta el punto de provocar cada año muertes por sobredosis o suicidio.
Sébastien, un ex “chemsexer” de 37 años, confió a Le Parisien en 2022: “Existe la necesidad de desinhibirse para algunos que no siempre aceptan su homosexualidad. Para otros, es la búsqueda de performance, o la desconexión de una realidad a veces pesada, o experimentar con prácticas más extremas”.