(Le Figaro) -Una miembro del jurado expresó sus temores, afirmando que había sido reconocida por familiares, aunque se supone que el jurado será anónimo para evitar presiones.
El histórico juicio a Donald Trump se reanudó el jueves en Nueva York con la difícil selección del jurado, interrumpida al inicio de la audiencia por un jurado que finalmente tiró la toalla ante lo que estaba en juego.
Mientras el candidato republicano a las elecciones presidenciales de noviembre acababa de sentarse en la sala del tribunal, el juez Juan Merchán reabrió el procedimiento anunciando de inmediato que esta ciudadana neoyorquina finalmente había expresado su “sus preocupaciones sobre ser justo e imparcial”. Esta jurado, identificada con el código B280, confirmó sus temores y afirmó que había sido reconocida por familiares, aunque se supone que el jurado será anónimo para evitar presiones. En el proceso, el juez llamó a todos los medios que cubren el juicio a mostrar “sentido común” y evitar, por ejemplo, dar descripciones físicas de los miembros del jurado. Luego de este incidente, el número de jurados pasó de 7 a 6, de los 12 requeridos, sin contar los 6 suplentes.
Trump grita “caza de brujas”
Donald Trump, el primer expresidente de la historia de Estados Unidos que comparece ante un tribunal penal, está siendo juzgado por un caso de pagos ocultos para comprar el silencio de una exestrella porno, Stormy Daniels, pocos días antes de las elecciones de 2016 que ganó por estrecho margen contra la candidata demócrata Hillary Clinton. El juez Juan Merchán había indicado que esperaba concluir el proceso de selección del jurado el viernes por la noche, lo que permitiría comenzar los alegatos iniciales de la acusación y la defensa el lunes.
Donald Trump afirmó el miércoles en su red Truth Social que acababa de descubrir que el número de recusaciones de jurados era limitado, y volvió a clamar por “cacería de brujas” orquestado según él por la administración del presidente demócrata Joe Biden. De hecho, la fiscalía y la defensa ya han utilizado seis de las diez recusaciones de jurado autorizadas.
Los posibles miembros del jurado, ciudadanos anónimos sumergidos de la noche a la mañana en un asunto histórico, ven sus vidas analizadas. Deben responder a un largo cuestionario sobre su profesión, su situación familiar, sus fuentes de información, sus centros de interés y su opinión sobre Donald Trump, pero también a preguntas aún más detalladas de la fiscalía o de la defensa, que ha rastreado cualquier indicio de posible parcialidad contra los imputados, particularmente en sus publicaciones en las redes sociales.
Trump enfrenta posible sentencia de prisión
Más de tres años después de dejar la Casa Blanca sumida en el caos, Donald Trump se enfrenta teóricamente a una pena de prisión. Esto no le impediría ser candidato en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, donde sueña con vengarse de Joe Biden, pero proyectaría la campaña hacia lo desconocido. Sin embargo, si fuera declarado inocente, sería un gran éxito para el candidato republicano. Sobre todo porque, mediante apelaciones, logró posponer sus otros tres juicios penales, dos por intentos ilícitos de revertir los resultados de las elecciones de 2020 y uno por manipulación supuestamente casual de documentos clasificados.
En el juicio que comenzó el lunes, Donald Trump está acusado de falsificar documentos contables de su empresa, la Organización Trump, que supuestamente pretendía ocultar, al amparo de “costos legales”, el pago de 130.000 dólares a Stormy Daniels por parte de su abogado personal en ese momento, Michael Cohen. A cambio, la exestrella de cine X acordó guardar silencio sobre una relación sexual con el multimillonario en 2006. Donald Trump siempre ha negado esta relación y su defensa asegura que los pagos fueron en el ámbito privado. Pero el fiscal Alvin Bragg pretende demostrar que se trata de maniobras fraudulentas para ocultar información a los votantes unos días antes de la votación.
