Esta es una condena histórica para un ex presidente. Este miércoles, el ex presidente Nicolas Sarkozy fue condenado definitivamente por el asunto de las escuchas telefónicas. En apelación, recibió una condena de tres años de prisión, dos de los cuales fueron suspendidos, por corrupción y tráfico de influencias. Tendrá que llevar una pulsera electrónica durante un año.
“Quiero dar todo mi apoyo a mi amigo Nicolas Sarkozy en el calvario que está pasando hoy”, reaccionó el alcalde de Niza y fiel partidario del ex jefe de Estado Christian Estrosi. “Además de ser mi amigo, Nicolas es un estadista que siempre ha servido a Francia y a los franceses con integridad y fuerza de convicción. (…) Extrañamos su visión y su liderazgo y nos sería de gran utilidad en el período actual”, continuó.
En la izquierda, figuras políticas no dejaron de felicitar la decisión. “Esta decisión judicial es una buena noticia, se corresponde bien con la imagen que tenemos del personaje desde hace mucho tiempo. Un verdadero delincuente”, abordó Philippe Poutou, figura del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA).
“Eso le da una pequeña posibilidad de reorganización”, bromeó el senador comunista de París Ian Brossat.
“Parece obvio que, ante esta condena definitiva, el ex presidente debería ser excluido de las ceremonias oficiales y de todas las misiones públicas”, consideró el diputado del Nuevo Frente Popular (NFP) de Yvelines, Benjamin Lucas.
Tras esta condena, Nicolas Sarkozy denunció a un “juez” y anunció que quería llevar el asunto al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
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