Kylian sigue siendo la sombra de Mbappé. O al menos de la versión con la que dominó el planeta fútbol en el PSG años atrás. Ante el Getafe, el francés cogió aire con un golazo desde la frontalpero no consiguió romper su caja de pandora, una que pretende azotar la hegemonía del fútbol europeocomo desea la afición madridista, que cambió su exigente naturaleza para volcarse con un futbolista que no lo está pasando bienni dentro ni fuera del terreno de juego.
“La afición entiende más que nadie el momento del equipo y el de los jugadores. Mbappé lo pudo hacer mejor contra el Liverpool y le han apoyado, como es justo”, explicó Anceloti en rueda de prensa tras los aplausos de la grada al 9. El delantero superó el juicio del estadio blanco, uno de los más exigentes del mundo, mientras sigue buscando con empeño su mejor versión. Una liberación a medias que sirve para disparar al Madrid en LaLigaa uno punto del Barça y con un partido menos.
Mbappé supera el juicio del Bernabéu
El 9 anotó un golazo con un latigazo desde la frontal del área que terminó golpeando con violencia el poste antes de besar la redpero falló cuando la tranquilidad parecía haberse apoderado al fin de su fútbol. Fueron tres ocasiones las que erró de manera incomprensible, fuera o al muñecojusto después del alivio mostrado por Ancelotti en el tanto del francésque festejó con pasión ese 2-0 que llevaba muchos mensajes impresos. “Hay mucho ruido por fuera, él quiere marcar y a veces cuando lo quieres demasiado no sale. La autocrítica de cada jugador es importante para mejorar“, confesó Courtois en zona mixta.
Llegas a un equipo nuevo, con la exigencia del Madrid y no sabes lo que te esperas
Mbappé, cortés y sobrio
Una ansiedad que no le está dejando explotar con la naturalidad que se le presuponía a una figura tan grande. Se pensó que no iba a necesitar adaptación y el tiempo no quiso patronear su barco con la misma facilidad que el de Jude el año pasado. Errático en la toma de decisiones y con una precipitación que le ha dejado sin seguridad al volante de su fútbol. De haber firmado el esperado póker de goles, ocasiones tuvo, la ansiedad se habría desvanecido para coger responsabilidades, como ha hecho siempre, desde los once metros. El primero se lo dejó a Jude y el segundo, anulado, a Rodrygo. “Cuando estaba Vini Jr., Mbappé y él elegían. Ahora eligen Mbappé y Bellingham y los dos han elegido a Bellingham como lanzador”suavizó el italiano.
Tocado… pero no hundido
El partido de Anfield, donde lo menos grave pudo ser fallar el penaltile dejó aún más tocado moralmente. “Llegas a un equipo nuevo, con la exigencia del Madrid y no sabes lo que te esperas. A veces te sale. Y cuanto más quieres, menos sale. Se trata de estar tranquilo, hacer bien lo fácil y ya luego harás bien lo difícil“, termina de explicar el portero belga sobre la compleja adaptación que sufre cada futbolista que llega al club blanco. Torpe en el regate y negado de cara a puerta, el crack francés sigue su escalada a la cima de su fútbol, una que está constando ver después de vivir sobre ella durante años.
Ese ‘otro’ Mbappé brillaba sobre el césped con una facilidad apabullante, volaba por la banda izquierda para condenar a todo defensa que osaba a interferir en sus planes y azotaba las porterías rivales con goles de todos los colores (65 goles y asistencias en 21/22, 51 G/A en la 22/23 y 54 G/A en la 23/24). Al de ahora no le toca otra agachar la cabeza y seguir trabajando hasta dejar de pensar lo que tiene que hacer cada vez que toca el balón… y dejarse llevar como ha hecho siempre. “Lo suyo es como lo de la bote (ketchup), que le das y sale un poco nada más, y de pronto le das y sale todo. Va a ser lo mismo con él. Meterá más goles, está trabajando duro y hay que apoyarle”, explicó el portero belga sobre la teoría del bote que siempre ha ido de la mano con los delanteros. Un ejemplo que en su día también confesó Gonzalo Higuaínrecordando sus inicios en el Real Madrid, una etapa en la que era incapaz de marcar un gol, que Ruud Van Nistelrooy le animó con una frase tan rara como efectiva. “Los goles son como el kétchup”, le dijo el holandés, “a veces no salen por mucho que lo intentes y luego vienen todos de golpe”.
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