La transición eléctrica no puede ocurrir sin una fuerte voluntad política, estemos de acuerdo o no con estas decisiones. El fin de la venta de vehículos térmicos nuevos en 2035 es uno, los bonos ecológicos y ayudas diversas de todo tipo en torno a los vehículos eléctricos son otros.
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Sin embargo, todos tienden a disminuir o desaparecer mientras los sucesivos gobiernos buscan ahorros que hacer. Este será, muy probablemente, el caso de la carga gratuita de vehículos eléctricos en el lugar de trabajo.
El fin de una ventaja fiscal
De hecho, desde 2020, las empresas podrían optar por ofrecer estaciones de carga a sus empleados, de forma gratuita, que podrían utilizar tanto para fines profesionales como personales, sin que se considere un AEN (Beneficio en especie).
El objetivo era claro, incentivar a empresas y empleados a optar por la movilidad eléctrica y supuso un verdadero plus para los empleados que no podían tener un terminal en casa. Los empleados no pagaron la recarga, ni tampoco pagaron el combustible, una ventaja para su presupuesto que debería finalizar el 31 de diciembre.
El sistema ya se había ampliado dos años, a finales de 2022, para seguir impulsando la electricidad. Lamentablemente, en un contexto complicado para la movilidad eléctrica, con una cuota de mercado que aumenta muy tímidamente con respecto a 2023.
Opciones de futuro para las empresas
Las AEN sobre los vehículos eléctricos son relativamente importantes, como la reducción del 50% de los impuestos de los que se benefician, que podría desaparecer al mismo tiempo que esta posibilidad de carga gratuita. A partir del 1 de enero de 2025, las AEN tendrán en cuenta la electricidad consumida por el empleado en su lugar de trabajo.
Por tanto, las empresas, al igual que los empleados, tendrán que repensar su estrategia al respecto. Los primeros, además de gestionar quién consumió qué, tendrán que pagar cotizaciones a la seguridad social, mientras que los segundos verán aparecer el beneficio en sus declaraciones fiscales.
Lo mismo se aplica a las estaciones de carga (wallboxes) instaladas en el domicilio del empleado con cargo a la empresa, cuya exención también se eliminará.
Tanto las empresas como los empleados podrían revisar sus futuras inversiones en vehículos eléctricos y estaciones de carga, para evitar complicaciones administrativas y futuros costes adicionales.
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