Unos días antes del cumpleaños número 16 de su hijo mayor, Léon, Jamel Debbouze habló con ternura de las ambiciones deportivas de su hijo durante su aparición en el programa Focus Sunday de RTL. El comediante de 49 años, casado con la periodista Mélissa Theuriau desde 2008, revela con orgullo la trayectoria de su hijo en la asociación Paris Saint-Germain.
Una vocación tardía pero prometedora para Léon Debbouze
Mientras que algunos niños empiezan a jugar al fútbol desde muy pequeños, Léon Debbouze decidió embarcarse tarde en esta aventura deportiva. Una decisión que no afecta en absoluto a su determinación, tal y como señala su padre: “YoPruébalo, él pelea de todos modos. Empezó muy tarde pero hoy tiene un buen nivel y le deseo éxito”.
El joven juega actualmente en la selección U16 de la asociación PSG, estructura dedicada a jugadores amateurs. En particular, se codea con el hijo de Nicolas Anelka.
Jamel Debbouze, un padre admirador
El comediante no oculta su admiración por la tenacidad mostrada por su hijo mayor. “Me gusta que experimente eso y, francamente, regresar a un campo con viento, lluvia, nieve… ¡Tenemos que respetar eso!”confiesa con emoción.
Consciente de los desafíos que le esperan a su hijo en “uno de los trabajos más duros del mundo”, Jamel Debbouze valora especialmente que la realidad sobre el terreno sirva de lección diaria: “No hace falta que se lo diga, el campo se lo recuerda todos los días, el vestuario también se lo recuerda todos los días”. @DebbouzeJamel para su hijo, que sueña con ser futbolista profesional ⚽️ Al micrófono de @mohamedbouhafsi en “Domingo de Enfoque” en #RTL pic.twitter.com/taDQaBHj2d— RTL Francia (@RTLFrance)
Jamel Debbouze, un padre implicado en la educación de su hijo
Es interesante observar la evolución de las preocupaciones de Jamel Debbouze respecto a la educación de su hijo.
Mientras que en 2011, en las columnas de la revista Psicologías, expresó sus reservas sobre la escolarización de Léon: “No se puede pedir a un niño que pase seis horas en un aula sin volverse idiota, o incluso ‘súper idiota’.“, hoy ve con orgullo a su hijo perseguir sus sueños en los campos de fútbol.
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