Este fue el mejor juego del año.
Con tres titulares, el Orlando Magic venció a un equipo de Los Angeles Lakers liderado por LeBron James y Anthony Davis 119-118. Paolo Banchero todavía está fuera con un desgarro en el oblicuo sufrido en una derrota ante Chicago, Wendell Carter Jr. se acerca a su regreso a la cancha después de sufrir una lesión en el tobillo y Kentavious Caldwell-Pope estuvo fuera por motivos personales. Esta victoria no fue parte de la racha ganadora más reciente del equipo, pero es evidencia de que el Magic va en la dirección correcta, ya que ganaron el juego sin la mayoría de sus titulares.
Hay que tener en cuenta que este es un equipo de los Lakers que ha dejado claro desde el principio que persiguen un título de la NBA esta temporada. Están dirigidos por dos de los mejores jugadores de la NBA y un entrenador en jefe novato, JJ Redick, quien podría ser candidato al premio al Entrenador del Año al final de la temporada. Este también era un equipo de los Lakers con el francotirador novato Dalton Knecht, quien incendió al Utah Jazz con 37 puntos. El Magic lo limitó a 17 puntos anoche.
LeBron James terminó el partido con 31 puntos, 10 rebotes y siete asistencias, y Anthony Davis terminó con 39 puntos, nueve rebotes y dos asistencias. No importó porque la última vez que el Magic jugó contra los Lakers en Crypto, Jalen Suggs abandonó la cancha llorando porque así de cerca estuvo el equipo de hacer lo que hicieron anoche. Para abreviar la historia, el Magic se vengó del año pasado y tenía que sentirse aún mejor al ganar sin la mayoría de los titulares habituales.
El equipo debería estar muy contento con su actuación, aunque los medios nacionales han decidido no darle mucha importancia a lo que están presenciando.
Incluso en Get Up esta mañana, el equipo de producción decidió centrarse más en la volcada de LeBron James a Jonathan Issac en lugar de uno de los tiros de tres puntos más decisivos de este inicio de temporada de la NBA. Y, con diferencia, el triple ganador más importante de la joven carrera de Franz Wagner.
Ese reconocimiento sigue llegando con trabajo duro. El Magic comenzó a obtener reconocimiento nacional cuando estaban en su racha de seis victorias consecutivas, y Franz Wagner fue nombrado Jugador de la Semana de la Conferencia Este. Durante ese lapso, el Magic estaba abriendo los ojos de los escépticos que pensaban que sólo podían ganar juegos consecutivos con Banchero a la cabeza.
El Magic se encuentra trabajando hacia una meta que nadie parece creer que puedan lograr aparte de los jugadores y entrenadores en el vestuario. Y demostrar que la organización puede ganar a través de la adversidad es un nuevo avance sorprendente para este joven equipo en el futuro.
El Magic ahora puede seguir adelante con plena confianza en sus dos estrellas, porque han demostrado ser legítimos, sin importar cuán pequeño sea el mercado de Orlando. La prueba está en el pudín: sólo los equipos legítimos pueden vencer a equipos con calibre de campeonato sin múltiples titulares. Este nuevo desarrollo difiere de años pasados cuando el Magic necesitaba que cada titular lograra victorias contra equipos de la NBA con calibre de campeonato.
También significa que el Magic puede ser capaz de dar descanso a ciertos jugadores y aun así ganar juegos en la recta final cuando todos los equipos están luchando por la posición en los playoffs. Este nuevo desarrollo abre oportunidades para gestionar jugadores estrella porque puede llegar un momento en el que el entrenador en jefe Jamahl Mosley quiera darle descanso a Banchero en partidos consecutivos cerca de fin de año. Ahora sabe que tiene un hombre al que puede utilizar como opción número uno.
Colocarlos en roles iniciales importantes también les da confianza a los jugadores en el banquillo, como Goga Bitadze, Tristan da Silva y Gary Harris. Por ejemplo, los minutos que da Silva está obteniendo ahora no tendrán precio una vez que Banchero regrese porque el entrenador Mosley ha fortalecido su confianza al jugarle minutos iniciales.
Entonces, esta racha ganadora de seis juegos no fue una anomalía, sino un paso hacia la trayectoria de un equipo Magic ilimitado, un equipo aterrador que avanza lentamente hacia la cima de la Conferencia Este sin estar en plena fuerza. El siguiente rival es un equipo de los Detroit Pistons contra el que el Magic será el favorito para ganar.
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