China y Brasil disfrutan de una larga historia de cooperación climática y el lanzamiento de su primer satélite de recursos terrestres China-Brasil en 1988 es un claro ejemplo, dijo Ricardo Galvao, presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Brasil.
El programa CBERS ha apoyado la vigilancia ambiental, la gestión de recursos y la investigación climática, afirmó.
“Los planes de China para la producción de energía sostenible también son muy sólidos, y realmente aprecio los esfuerzos de China en energía nuclear, ya que será una opción esencial para el futuro”, dijo, añadiendo que los líderes mundiales deben considerar los impactos a largo plazo de sus políticas.
“Las estrategias económicas miopes no pueden resolver problemas a largo plazo como el cambio climático”, afirmó.
Galvao, ex director del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales y del Centro Brasileño de Investigaciones Físicas, ha sido una figura clave en el programa satelital.
El 14 de abril del año pasado, China y Brasil emitieron una declaración enfatizando la urgente necesidad de combatir el cambio climático y promover el desarrollo sostenible. Un resultado clave del acuerdo fue el próximo lanzamiento de CBERS-6, que estará equipado con un radar de apertura sintética que puede crear imágenes a través de la capa de nubes.
“Esto va a ser muy importante en Brasil porque el Amazonas está cubierto de nubes la mayor parte del año. La capacidad SAR es esencial para rastrear con precisión los cambios ambientales”, afirmó Galvao.
“La Amazonia es crítica no sólo para Brasil sino para todo el planeta”, afirmó Galvao. “Los estudios muestran que si la deforestación del Amazonas supera el 20 o el 25 por ciento, la selva tropical podría alcanzar un punto de inflexión irreversible y es posible que no pueda sostenerse como selva tropical. La producción de humedad del bosque disminuiría”.
Señaló que tales pérdidas tendrían graves consecuencias para la estabilidad del clima global.
Más allá del CBERS, que es un proyecto emblemático, Galvao ve un mayor potencial para la cooperación entre Brasil y China.
“China es líder mundial en la producción de baterías y el uso de tierras raras, y Brasil tiene recursos y experiencia complementarios en estas áreas”, afirmó.
Cree que ampliar la cooperación puede impulsar el progreso en energías renovables y tecnologías sostenibles.
“La matriz energética de Brasil es aproximadamente 75 por ciento renovable, por lo que tiene experiencia y conocimientos para compartir con China en el sector de energía limpia”, añadió.
Galvao también destacó la experiencia de China en la construcción de “redes inteligentes”, esenciales para integrar las energías renovables en la red nacional.
“Brasil tiene un gran potencial en la generación de energía eólica y solar, y la colaboración con China en redes inteligentes puede fortalecer nuestra infraestructura energética nacional”, afirmó.
Galvao enfatizó la importancia de acuerdos internacionales integrales y estrategias de desarrollo sostenible, advirtiendo que las acciones aisladas son insuficientes.
“No ayuda mucho si Brasil preserva la Amazonía mientras otros países continúan con altas emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que debemos colaborar con otros países”, afirmó.
Recientemente, el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Brasil asignó 3 millones de reales (518.000 dólares) para un estudio sobre la Amazonia, centrándose en la biodiversidad, la hidrología y la vulnerabilidad climática.
“No se trata sólo de monitorear la deforestación sino también de comprender los impactos ecológicos y sociales más amplios del cambio climático en la región”, dijo.
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