El plan “Água que Une” que el Gobierno pretende ver finalizado a finales de 2024 prevé la construcción de tres nuevas presas que se instalarán en Baixo Vouga, Mondego y Alportel, según informó PÚBLICO este lunes. El motivo esgrimido por el Gobierno para llevar a cabo estos proyectos es la necesidad de garantizar la capacidad de almacenamiento de los embalses para evitar situaciones de inundaciones, como se atestigua recientemente con el drama ocurrido en la Comunidad Valenciana. Sin embargo, Rui Cortés, profesor de la Universidad de Trás-os-Montes y Alto Duero (UTAD), dijo a PÚBLICO que “bajo ninguna circunstancia” la existencia de presas de retención de inundaciones impediría lo ocurrido en la región española.
Con la referencia a las tormentas en Valencia, el Gobierno sólo pretende “sensibilizar a la opinión pública sobre un plan centrado fundamentalmente en los aspectos agrícolas y la sequía”, critica el investigador. Cuando se habla de sequía y de la lucha que hay que hacer para superarla con un gran programa de infraestructuras hídricas que pretende “transportar, retener y almacenar, a diferentes escalas”, mediante la construcción de embalses y mejoras en el mayor número posible de embalses como se menciona En el plan “Agua que Une” persiste una contradicción: el agua se destinará al riego en una zona del territorio (Alentejo y Algarve) donde escasea.
“Vamos tras la satisfacción de los intereses revelados por el agronegocio”, denuncia Rui Cortés, destacando que en las reuniones de trabajo sobre el plan del Gobierno, cuando se discuten las interconexiones entre cuencas, se valora la agricultura intensiva y superintensiva -que utiliza grandes cantidades de agua, como por ejemplo los almendros, los olivos, los frutos rojos y los aguacates.
El profesor de la UTAD, al referirse al proyecto de construcción de tres nuevas represas, recuerda que los proyectos ahora anunciados “se hicieron en el marco de un plan más amplio que preveía la construcción de 20 represas con alto potencial hidroeléctrico (el llamado plan Sócrates ) y no estaban destinados a contener las inundaciones como lo justifica el actual Gobierno”. Ahora aparecen con ese fin pero, en realidad, “lo que quiere el Gobierno es satisfacer los grandes intereses de la agricultura basada en los recursos hídricos”.
El coste real del agua
El agua que, según Mário de Carvalho, profesor de la Universidad de Évora (UÉ), tarda en pagar su costo real. “El agua de Alqueva es barata”. Colocarlo en redes de riego cuesta 35 céntimos, pero el agricultor sólo paga 7,5 céntimos de esa cantidad. La financiación pública asciende a casi 30 céntimos. Y cada año el Estado “tiene que reforzar el presupuesto” para financiar el agua para riego público, revela el profesor de la UÉ, con una advertencia: “Si no se limita el consumo, el agua no alcanzará para atender el creciente número de solicitudes que se hacen se está haciendo”. El agua, señala, se sigue utilizando “de cualquier forma en cualquier terreno y casi sin costo alguno”.
El Estado invierte en riego, pero “esa inversión no tiene retorno y encima tiene que seguir subsidiando el coste del agua”, destaca el profesor de la UÉ, destacando además que para la gran mayoría que demanda agua más barata “la Su negocio no es vender agricultura, sino alquilar o vender sus tierras a fondos de inversión”.
El informe 2022 de la consultora global en servicios e inversión en propiedades comerciales (CBRE), consultado por PÚBLICO, describe cómo el aumento de los precios y las nuevas tecnologías atraen el interés del capital privado en los campos del Alentejo. En el marco de la Península Ibérica, el informe de CBRE señala que los productos agrícolas, como “el aceite de oliva, el vino, los cítricos o los frutos secos, así como los cereales blandos clima del Mediterráneo y la disponibilidad de recursos hídricos (especialmente Alqueva), han despertado el interés de los inversores internacionales en la región en los últimos años”.
El valor de las grandes propiedades con infraestructura de riego en Alqueva puede alcanzar los 25.000 euros/hectárea (ha) para cultivos permanentes, pero la producción de almendra en estado maduro puede superar los 80.000 euros/ha, destaca el informe de CBRE.
La disponibilidad de regadío en la Península Ibérica constituye “otro aspecto relevante”, abarcando más de 4 millones de hectáreas de suelo con esta característica. En Portugal, la construcción de la presa de Alqueva en 2012 garantizó la ampliación de las tierras de regadío a 50.000 hectáreas más, lo que podría crear una superficie a medio plazo que podría superar las 200.000 hectáreas de regadío. Se puede comprobar que en los últimos cinco años la inversión en propiedades rurales ha aumentado en Portugal, “especialmente en Alentejo e Idanha-a-Nova”, señala el documento de CBRE.
Esta es la situación que se observa actualmente en la zona regable de Alqueva. Hoy, las tierras se alquilan – donde el Estado invirtió en el sistema de riego – entre R$ 800 y R$ 1.200 por hectárea. Y el agricultor no gastó ni un centavo en aumentar el valor de su tierra, que procedía íntegramente del tesoro público y ahora se vende a valores cada vez mayores, ya que los fondos de inversión invierten en irrigación.
“La construcción de la red de transferencia será otra colaboración público-privada en la que el Estado pone dinero y los privados se benefician de la obra”, anticipa Mário de Carvalho.
Escenarios de trabajo
Por su parte, Francisco do Ó, técnico de la organización ecologista WWF, se queja de que el Gobierno “ha mostrado poca información y una estrategia muy vaga sobre lo que pretende hacer” con el plan “Água que Une”. Respecto al plan que prevé la instalación de tres presas para minimizar el impacto de las inundaciones en varias regiones del país, el gerente de WWF destaca el proyecto previsto para Alportel, reconociendo su importancia para contener las inundaciones en Tavira. Sin embargo, admite que, en el contexto actual de energía renovable“construir más represas para la producción de energía hidroeléctrica es una alternativa obsoleta”.
En un comentario sobre la instalación de transferencias Norte/Sur, Francisco do Ó dice que no cree que avancen: “las poblaciones afectadas por las extracciones no lo aceptarán, tendrá costos prohibitivos y Europa no aceptaría tales una solución”.
Consultado por PÚBLICO sobre los proyectos de construcción de tres represas para contener inundaciones, como parte de la estrategia Agua que Une, el despacho del Ministro de Ambiente y Energía se limitó a afirmar que “son escenarios de trabajo”.
El grupo de trabajo “Agua que Une” fue creado en julio de 2024, con la misión de desarrollar una estrategia nacional para la gestión del agua, recuerda la secretaría. Este grupo, refuerza el ministerio, está desarrollando su trabajo y presentará, a finales de 2024, según lo definido en la Orden nº 7.821/2024, un informe sobre los resultados del trabajo realizado. Y concluye: “Toda la información que se ha publicado mientras tanto son escenarios de trabajo”.
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