El insulto de la primera dama, Rosângela da Silva, Janja, hacia el empresario Elon Musk, propietario de X (antes Twitter), se convirtió en munición para el bolsonarismo en las redes sociales.
Jair Bolsonaro (PL), que ya habló de “pólvora” para criticar al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante su gobierno, dijo tras el episodio: “Ya tenemos otro problema diplomático”.
Aliados del expresidente se hicieron eco del discurso, y la primera dama alcanzó los trending topic en X con menciones despectivas y sexistas.
El insulto de Janja, anticipado por Hojafue pronunciado durante un panel social del G20, organizado por el gobierno para crear un puente entre los temas abordados por el grupo y la sociedad civil.
La primera dama hablaba de la regulación de las plataformas cuando hubo interferencias en su discurso. En broma, dijo: “Creo que es Elon Musk”. Luego añadió: “No te tengo miedo. Incluso vete a la mierda, Elon Musk”.
Horas más tarde, Lula dijo, sin mencionar directamente el episodio, que “no tenemos que maldecir a nadie”.
“Quería decirles que esta es una campaña en la que no tenemos que ofender a nadie, no tenemos que insultar a nadie. Sólo tenemos que indignar a la sociedad”, dijo el miembro del PT de la Alianza Global Contra el Hambre y Fiesta de la pobreza.
En agosto pasado, en plena crisis entre Musk y el STF (Tribunal Supremo Federal), en la que el multimillonario se negó a respetar las órdenes judiciales, Lula había dicho que el empresario estaba sujeto a las leyes del país y añadió: “Él [Musk] No puedes ofenderte. (…) ¿Qué se cree que es? Tiene que respetar la decisión del Tribunal Supremo brasileño”.
En el gobierno, la declaración de la primera dama generó malestar y dolores de cabeza a los diplomáticos, muchos de ellos reunidos en el G20, reunión de las mayores potencias del mundo, acogida en Río de Janeiro este año.
En privado, ellos y miembros de Esplanada dijeron que los insultos podrían obstaculizar los intentos del gobierno de establecer una relación pragmática con Donald Trump.
El presidente electo de Estados Unidos ya nombró a Musk para sumarse a su administración, como jefe del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental.
Desde la elección del republicano a principios de mes, Lula ha sido cuidadoso en sus declaraciones al respecto. Siempre trató de decir que era prerrogativa de la población estadounidense elegir a quien consideraran mejor y que él interactuaría, como jefe de Estado, con quien ganara las elecciones en el país.
El tono pragmático se produce tras unas declaraciones en el tramo final de campaña en las que el petista citó el riesgo de un “nazismo con otra cara” para defender la victoria de la demócrata Kamala Harris y recordar el 6 de enero en Estados Unidos, el fecha del ataque al Capitolio por parte de partidarios de Trump.
En otro frente, los diplomáticos evaluaron que la declaración de Janja también obstaculiza el intento del gobierno brasileño de alcanzar un consenso en el G20 y reducir las fricciones con Argentina, cuyo presidente, Javier Milei, también es cercano a Musk.
El país vecino objetó durante las negociaciones de la cumbre las secciones de la declaración final sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, que también fue criticada por Janja en un discurso en Río.
Además, ahora los argentinos han abierto una ofensiva contra la tributación de los superricos, una bandera del ministro de Finanzas, Fernando Haddad, y un tema importante para el gobierno brasileño.
Miembros del gobierno Lula coinciden en privado con la valoración crítica de la primera dama que, en su discurso, defendió la regulación de las plataformas y la lucha contra la desinformación.
Hay quienes lo minimizan y dicen que no hay motivo para tanta alarma, al fin y al cabo, la relación con Musk ya era turbulenta y él ya no hacía gestos de apaciguamiento.
El empresario, cercano al bolsonarismo, ya se negó a cumplir una orden judicial e hizo suspender la X, además de haber maldecido al ministro Alexandre de Moraes, del STF.
También hubo quienes, como el ministro Paulo Teixeira (Desarrollo Agrario), defendieron a la primera dama. “La verdad es que Janja dijo lo que teníamos atascado en la garganta. Este es el sentimiento sobre Elon Musk y su injerencia negativa en la política internacional”, dijo en X.
La valoración general, sin embargo, es que el insulto fue innecesario para dar municiones al bolsonarismo.
El expresidente, además de hablar de la crisis, publicó un vídeo suyo con Musk, de cuando el empresario llegó al país en 2022, y escribió, en inglés: “Respeto, tecnología y desarrollo. Internet para toda la Amazonía”, en referencia al ingreso de Starlink al país.
Bolsonaro fue criticado durante su administración por adoptar una política exterior de confrontación, guiada por la ideología, especialmente cuando Ernesto Araújo estaba al frente de Itamaraty. Él mismo también criticó a jefes de Estado, como Biden, y al entonces presidente argentino, Alberto Fernández.
El diputado federal Nikolas Ferreira (PL-MG), por su parte, afirmó: “Extraño cuando la ‘crisis diplomática’ de Bolsonaro llamaba fea a la esposa de Macron”. Mencionó un episodio en el que el expresidente hizo un comentario ofensivo sobre la aparición de la primera dama de Francia, Brigitte Macron. En ese momento, tampoco se disculpó.
El secretario general del PL y senador Rogério Marinho (PL-RN) fue más conciso sobre el comentario de Janja y bromeó: “Qué elegancia”.
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