Flavie, vivaz candidata a El amor está en el prado.fue diagnosticado de cáncer durante el rodaje del programa, entre el final de la estancia de Valentin en la granja y el descubrimiento de su familia en Bretaña, como supimos durante el último episodio emitido el lunes en M6.
“A una semana de salir de la finca de Valentín, el cirujano me llamó para concertar una cita rápidamente. Me operaron de un tumor que se consideró benigno antes de participar en el espectáculo”, le confió a Karine Le Marchand. “Las lágrimas brotaron porque estaba lejos de imaginármelo. Encontré la felicidad una semana antes y eso me dijeron. »
Al día siguiente de la emisión, fue el criador de vacas afincado en La Mancha quien habló en Oeste de Francia para evocar esta terrible experiencia.
“Tenía miedo de decírmelo”
“Durante la estancia en la finca nos juntamos, a las dos semanas nos enteramos que ella estaba enferma. Me lo dijo una mañana porque regresaba del consultorio de su médico, ya que estamos con dos horas de diferencia. Su médico le dijo que los resultados no eran buenos y que necesitaba tratamiento”, explicó al diario el joven agricultor de 26 años. “Estaba en mi tractor y ella me dijo: “Para todo, necesito hablar contigo”. »
Valentin especifica que Flavie “tenía miedo de decírmelo porque tenía miedo de que la dejara, ese no fue el caso”. La pareja también se benefició de la buena voluntad de la producción. “Llamaban todas las semanas para ver cómo iban las cosas. De todos modos, si las cosas no iban bien, parábamos el rodaje. La producción estuvo muy atenta a esto”, añade el criador.
amor más fuerte
Un calvario que, sin embargo, parece haber sellado a la pareja. “La acompañé hasta el final, estuvo en tratamiento de quimioterapia. Mientras ella estaba fuera del trabajo estuvo convaleciente en casa”, agregó Valentín.
Y el resultado de la aventura, que se retransmitirá el 25 de noviembre, deja poco lugar a dudas, según las fotos compartidas por Flavie en Instagram, llenas de amor a pesar de las marcas del trato.
“El último tratamiento se interrumpió a finales de septiembre y volvió a trabajar a principios de octubre”, asegura el agricultor visiblemente enamorado, que precisa que, aunque todavía le quedan algunos puntos por controlar, “está bien. ” “De todos modos, la vida está llena de imprevistos, hay que afrontarlos”, filosofa.
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