En Lieja, en el TEC, se está gestando la ira en el depósito de Robermont. Los conductores están cruzados de brazos desde el martes por la tarde. Casi 50 líneas se ven afectadas. Los conductores exigen que se resuelva rápidamente un problema técnico que afecta al servicio de expedición desde hace varias semanas. Según los conductores, este problema de comunicación pone en peligro su seguridad porque ya no se puede localizar a sus responsables y no se puede localizar su autobús. Los conductores señalan que, no obstante, este servicio es imprescindible para transmitir llamadas de socorro en caso de incidentes o ataques. El jueves pasado, un conductor recibió un puñetazo en la cara y, a principios de semana, se rompió una ventana de seguridad.
Por su parte, la dirección dice que está haciendo todo lo posible para encontrar una solución a un problema que se toma muy en serio. Ya se ha creado un número especial para que los conductores puedan comunicarse rápidamente con el servicio de despacho en caso de algún problema.
Por el momento, no sabemos cuánto durará este cambio de humor.
Recordemos que el pasado mes de enero los conductores del TEC Liège-Verviers se declararon en huelga durante varios días para exigir mejores medidas de seguridad.
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