“Tiene talento”, comentaron los internautas tras su aparición en “Sept à Huit” de este domingo. La hija de Florent Pagny promociona actualmente su primer libro de fotografías, que muestra la lucha de su padre contra la enfermedad durante los dos últimos años.
Tiene 25 años, cabello largo castaño rojizo que le llega hasta la cintura y su cámara siempre en mano. Durante años, a la joven le encanta fotografiar a las personas, la vida y luego a su padre y su enfermedad. En su primer libro, Pagny de Aëlque se estrena este 6 de noviembre, la hija del cantante francés deja al descubierto la lucha de este último. Una lucha contra el cáncer de pulmón, que la golpeó en 2021. A través de su álbum de fotos, ni demasiado triste ni demasiado feliz, captura fragmentos de la vida de los dos últimos años, capturados entre dos conciertos, durante sesiones de fotos en el Mont-Saint-Michel y en Portugal, con algunas sonrisas furtivas. Invitada del nuevo número de “Sept à Huit” de TF1 este domingo, para promocionar su trabajo, Aël Pagny se reveló al público por primera vez y parece ya haberse ganado el corazón de los fans. “Tiene talento”, “se le ve la educación y el respeto”, “es sublime y no es pretenciosa”, comentaron al unísono.
Infancia en Nueva York
Pero lucirse no es su fuerte, asegura ante la cámara. Desde que tiene uso de razón, Aël Pagny siempre ha preferido observar. Sus primeras fotografías se remontan a cuando tenía 12 o 13 años, con la adquisición de su primer teléfono celular. Nacida en 1999, creció en Estados Unidos y luego en la Patagonia (Argentina) con su hermano Inca y sus padres, Florent Pagny y la pintora Azucena Caamaño, y luego le gusta capturar la naturaleza y sus paisajes vertiginosos, poblados por todo tipo de animales salvajes. “Con mi hermano -que es tres años mayor que yo- pasamos de un colegio en Miami, muy americano, a una escuela agrícola en Argentina, donde por la mañana hacíamos matemáticas, física, historia y geografía, y en la mañana. por la tarde trabajábamos la tierra en una finca, recogíamos miel y cuidábamos cerdos y gallinas”, dijo en entrevista con parisino.
Ante la inmensidad de las cosas y su deseo de libertad, la adolescente sintió, a los 16 años, la necesidad de emanciparse de sus padres. “Desde el principio comprendí que papá no era sólo papá, que representaba algo para la gente”, continúa. El parisinosin embargo, describiendo a un padre “cool”, “estricto pero cariñoso”. Como él antes que ella, Aël decide huir de casa volando a Nueva York, a un internado, para estudiar fotografía. Sobre todo porque su hermano también abandonó el hogar paterno y la joven no podía verse viviendo sin él. “Mi hermano se fue a Orlando a estudiar mecánica y yo fui a terminar la secundaria a Nueva York (…) No tenía idea de que eso tenía un efecto extraño en mis padres, me di cuenta después.” Tras su paso por Parsons School of Design, se quedó una temporada en la gran ciudad del otro lado del Atlántico para comenzar su carrera como fotógrafa freelance, colaborando con marcas como Post-Imperial.
Bestia de la moda
Quizás también sea allí, en las calles de la Gran Manzana, donde Aël perfeccionó su look, siempre muy sofisticado y a la moda. En Instagram, donde la siguen unos 37.000 suscriptores, aparece con outfits atrevidos y coloridos: pasamontañas, gabardinas metalizadas, looks góticos o preppy. Recientemente ha sido invitada de las mayores marcas de lujo; Dior o Loewe durante la Semana de la Moda de París el pasado mes de septiembre. Basándose en su creatividad, Aël navega por un crisol de universos, un legado de una infancia transcurrida entre culturas opuestas. “Aprendimos francés y español al mismo tiempo. ¡A mi mamá le gusta decir que somos más argentinos que ella! No podría decir lo que me gusta entre las dos culturas, las he fusionado tanto”, continúa en “Sept à Huit”.
En Pagny de Aëltambién le pide a su padre posar bajo paisajes patagónicos, poncho sobre los hombros y una sonrisa en los labios. Según explica, la intérprete de saber amar Confía en su cámara, ama su visión y su trabajo. Otras fotos lo muestran varios meses después de su quimioterapia, en 2022, con la cabeza calva y sin su emblemático bigote. “No vi al enfermo, solo estaba tomando una foto de mi papá. Y creo que eso lo tranquilizó”. Una intimidad que sublima en esta obra la vida cotidiana y los vínculos de la familia, “muy unida”.
Related News :