El gol de Lautaro decide, pero más aún la intervención del VAR, que con el tiempo ya transcurrido anula el empate del Venecia. El toque de Sverko se ahoga en un mar de polémica: el Inter salva la victoria ante el Venecia y 3 puntos de oro que le devuelven la estela del Napoli. El próximo domingo habrá diversión. Conte tiene tiempo de curar sus heridas, Inzaghi ya tiene que pensar en el Arsenal, pero desde el equipo que se enfrentó al Venecia quedó claro cuáles eran sus prioridades semanales.
Evidentemente sabía que podía ser menos sencillo de lo que decía la clasificación, porque además de la salida de ThuLa, ni siquiera renunció a la defensa titular y al centro del campo, salvo la convalecencia de Acerbi y Calhanoglu, que no estaban Todavía listo para comenzar el partido. En la segunda parte el turco se entrenó de cara a la Liga de Campeones, recuperando el puesto de mando que de nuevo ocupaba Zielinski con actitud puramente escolar.
Venecia es muy compacta, lo que no significa sistemáticamente cerrada. El de Di Francesco es un juego de espera moderno, no un rayo antiguo. Defiende a 3 como Inzaghi y como él intenta iniciar la acción desde los pies del portero. Stankovinc jr tiene buen físico y talento, dos peligros en la primera parte: Idzes le echa una mano en el disparo de Thuram, alguien que no sólo tiene buenas piernas, sino que en el pie derecho cercano de Mkhitaryan se salva personalmente, reactivo como un gato, en todo caso con la complicidad del armenio que casi le da una patada. Peor aún fue Oristanio, otro joven criado en Appiano, que disparó a Sommer desde 3 metros justo antes del descanso, anulando la ágil carrera de Idzes.
Al inicio de la segunda parte, Di Francesco cambió sorprendentemente a dos jugadores de un equipo que antes estaba perfecto, dadas las condiciones. Sabe por qué lo hizo, lo cierto es que Sverko sólo le traerá muchos problemas. También dentro está el superior Busio, que en cambio plantea la oferta ofensiva de Venecia. Mkhitaryan marca inmediatamente, pero la tecnología detecta un fuera de juego de Dimarco, que el árbitro Ferrieri Caputi y sus colaboradores no detectaron. Hay que volver a hacer todo y es bueno para el Inter que poco más allá de Pohjanpalo consiga que Sommer vuelva a dar una buena impresión, desperdiciando una gran oportunidad.
En el descanso, destello de Lautaro, rompiendo el equilibrio y el hechizo. Toro no marcaba en San Siro desde el 28 de febrero: otro balón interior de Dimarco, un agujero descuidado de Sverko y un cabezazo airado y ganador del capitán.
La última parte del partido le sirve a Inzaghi para sacar algo del juego de los jugadores más cansados y relanzar a Calhanoglu, pieza insustituible de su mosaico. El Inter falló varias veces el segundo gol, dejando espacio abierto para la final de suspense.
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