El fútbol es de los futbolistas, pero los entrenadores también pueden influir durante los partidosno únicamente durante la semana. Eso sucedió este domingo en el Nuevo San Mamés, donde la mano de Manuel Pellegrini resultó fundamental para variar una peligrosa tendencia de la primera parte que llevaba a una complicada deriva al Real Betis contra el Athletic.
El intervencionismo de Pellegrini, tanto por su variación de dibujo táctico como por el triple cambio que realizó al descanso, fue transcendental para equilibrar una balanza claramente desfavorable después de los primeros 45 minutos. También era su responsabilidad. Lo mejor era el 0-0 en el marcador al descanso. Esta vez la falta de puntería no era bética y sí rojiblanca.
El 4-4-2 inicial utilizado por el Betis en las últimas semanas, que tanto éxito dio ante Osasuna y el Atlético de Madridera superado por el Athletic con facilidad. Tanto que ya al final de la primera mitad el Ingeniero varió ese esquema. Centró a Fornals y colocó al Chimy Ávila en la banda derecha. Un primer intento de variar el rumbo de lo que venía ocurriendo.
Sin embargo, en el intermedio fue más evidente la mano de Pellegrini. Para empezar trató de taponar con Sabaly las claras dificultades que Bellerín estaba teniendo con los Williams. Ahí no hubo variación táctica, un simple cambio de futbolistas en el lateral derecho que equilibró algo más los duelos, por más que es evidente la velocidad de los hermanos.
El Betis, además, pasó a su dibujo más clásico. Fornals se acercó a la construcción, Assane Diao le dio más mordiente a la banda e Iker Losada, el cambio que menos incidió por el rendimiento del gallego, trató de poblar la medular. No es habitual que Pellegrini apueste por tres cambios en el intermedio. Probablemente sea la primera vez. Se saltó su particular hoja de ruta ante la perentoria necesidad.
Dos de los tres cambios participaron en el 0-1 del Betis. Sabaly y Assane aparecieron por la derecha para que el canterano asistiera a Fornalesen una posición más central. No fue solamente el gol, en general se equilibraron las fuerzas durante la segunda mitad y el conjunto bético arregló los llamativos problemas del primer tiempo.
No fue únicamente una cuestión del dibujo táctico y los cambios, pero resultaron fundamentales en el devenir del choque. La propia competitividad del Betispara saber sufrir en los momentos más complicados, los palos, o las paradas de Rui Silva también fueron decisivas para entender el valioso punto bético sumado en Bilbao ante un rival tan potente como el Athletic en San Mamés.
Las virtudes de Pellegrini como entrenador son evidentes, aunque en los últimos tiempos se le había señalado en alguna ocasión por ser demasiado inmovilista en sus decisiones. En los últimos tiempos ha dado muestras de también saber ser intervencionista. Lo fue desde después del parón con el cambio de sistema y buscando una idea más apropiada ante las bajas de jugadores creativos fundamentales en el mediocampo.
Ya temporadas atrás, especialmente en la 21-22, sus cambios y decisiones durante el juego dieron muchos y victorias al Betis en tramos finales de los partidos. Ahora nuevamente ha mostrado el Ingeniero que su capacidad de variar para un equipo que en las tres últimas jornadas ligueras ha sumado 7 puntos de 9, con salidas como las de El Sadar y San Mamés, además de recibir al Atlético de Madrid.
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