KO por incomparecencia. La UD se tomó el domingo libre. Derrota en el Metropolitano por falta de espíritu (2-0) con tantos de Giuliano, en su gran tarde, y Sorloth. Cillessen se retiró en camilla e incidente en la grada de un seguidor colchonero con los 300 amarillos, que forzó la retirada del fiel colchonero por su cántico ‘a Segunda’. Primer desliz del ciclo de Napoleón Martínez y fue más que merecido, no se puede ir de turismo a Madrid.
Un despiste, un gol. No hay más. Volver a las andadas. Martínez fue Carrión por un instante. En el 37′, con pase de Nahuel Molina, Giuliano Simeone se plantó solo ante una figura de hielo. Cillessen tardó tres mil años en abandonar su jardín preferido y el hijo del Cholo fusiló placer. Así, de esta manera tan ruín, se desaprovechó una ocasión de oro para sepultar los 55 años de infamia y pesadillas en el Manzanares, Calderón y el Metropolitano. El resto de la primera parte, fue un monólogo del Atlético, con un Barrios desatado, y un Griezmann invisible que solo apareció para dejar su firma. Un remate al travesaño y luego a la línea. Poca resistencia, poca chicha.
45 minutos de sometimiento y una falta de comunicación entre Muñoz y McKenna que resultó fatal. Con Mika Mármol en el banquillo, cuesta digerir la lentitud del escocés. Giuliano tuvo un primer acto estelar, bastante plácido. Y eso que comenzó la fiesta a los dos minutos con un misil ante Cillesen. Con la huelga de bufandas y cánticos caídos del Frente Atlético, el Metropolitano parecía el Gran Canaria. Barrios se vino arriba tras un patinazo de Essugo y la presión colchonera era titánica. Un dolor de muelas para la propuesta poética de una UD mixta. Abortadas las tonterías, solo de la manera más primitiva se podía generar peligro como quedó patente con el centrochut de Moleiro y el disparo de Silva. No hubo más.
Cero acercamientos desde la elaboración. A los diez minutos, un tramo de suspense por una mano de McKenna y De Burgos Bengoetxea se mantuvo en su decisión. Nada de nada y sigan jugando. Más que jugar, seguía la dictadura rojiblanca bajo un estadio enmudecido. Giuliano se vuelve a marchar de Álex Muñoz en el carril Simeone. Viti perdía la cobertura y Sandro estaba perdido en el ciberespacio -en esa lucha salvaje con Galán-. El Atlético le dio una lección a la UD, a los jugadores que no viajaron a Monzón para poder descansar, sin coraje no hay gloria. Es imposible ganar a un rival de la categoría del Atlético caminando por la playa. El modo on the beach no vale para escapar del abismo.
El trabajo defensivo de Campaña era bastante mejorable. En su intento por robarle la pelota a Griezmann, dio la vuelta como una peonza. Faltó combatividad para huir de la telaraña del Atlético. Solo en una ocasión, con la cabalgada de Silva, se pudo entonar el eureka a los cuatros vientos en La Peineta. En el peor partido de Essugo, Koke, Lino y Barrios estaban muy sueltos. Error de Molina y pitos. Superada la media hora de juego, con un Metropolitano de uñas, llegó el regalito.
Pase de Nahuel al hueco y la falta de entendimiento entre Álex y McKenna. Barrios siempre tenía una opción de remate limpia en la frontal y Koke despejó un balón lateral de Sandro. No había para más. Antes de bajarse el telón del primer acto, el travesaño de Griezmann.
Ambulancia y héroe inesperado
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De Paul, Gallagher, Correa y Sorloth escenificaron el cambio de guardia. Simeone pensó en París y en la Champions. Cillessen fue retirado en camilla tras recibir una patada de Molina en la sien izquierda. Ya con Dinko Horkas, Martínez, por fin, activó el cambio de plan. Algo tarde, ya que había pasado la hora de partido. Saltaron Javi Muñoz y McBurnie -por Campaña y Sandro-.
La primera amarilla fue para Lenglet y ovación a Giuliano tras forzar un saque de banda. Fue la historia del partido más extraño, con la mente en el apocalipsis de Valencia y en el Parque de los Príncipes, caían los minutos sin electricidad. La UD no compareció, como si no fuese su tarde. Demasiada ventaja para el Atlético y escasa creatividad. Los importantes, como Kirian, Moleiro o el citado Sandro, pasaron de puntillas. Se tomaron el domingo libre. Sin el cuchillo entre los dientes, es imposible. En la cruzada por la salvación, Napoleón Martínez se olvidó de lo más importante. Hay que morir en la arena.
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El 2-0 fue de Sorloth con pase de De Paul en el 80′. La misma película. Silva no presiona a De Paul y el ariete noruego aprovecha las concesiones de Muñoz y Mika. Otra visita a un grande y la misma pesadilla. El mismo canto de sirena. El de hoy, fue por inanición. Sin comparecer, es una misión imposible. Alfombra roja para el Atlético y Simeone Junior, que fue ovacionado.
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