Una secuencia insólita en “L’amour est dans le pré” provoca ataques de risa a Karine Le Marchand

Una secuencia insólita en “L’amour est dans le pré” provoca ataques de risa a Karine Le Marchand
Una secuencia insólita en “L’amour est dans le pré” provoca ataques de risa a Karine Le Marchand
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Antoine, un granjero de 46 años del Gran Este, perdió sus lentes de contacto durante su intercambio con Karine Le Marchand, en “El amor está en el prado”.
Captura de pantalla.

Antoine, un granjero de los Vosgos de 46 años, perdió una lente de contacto durante su retrato. El presentador de M6 no pudo evitar reírse.

lunes por la tarde, “El amor está en el prado” hizo su regreso a la M6. El salón de citas agrícolas, que celebra su vigésimo aniversario, reúne esta temporada a quince agricultores, tres mujeres y 12 hombres, de entre 26 y 67 años, procedentes de toda Francia.

Entre ellos, Antoine inmediatamente impresionó a los espectadores. Si los periodistas fueron a su casa, a 30 km de Epinal (Gran Este), para encuadrar su retrato, el granjero de 46 años se encontró Karine Le Marchand en la región de París. Equipado con una cesta llena de cosas, parecía, cuanto menos, estresado.

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Al hablar del incendio que destruyó parte de la explotación familiar de cultivos mixtos (leche, carne, cereales) cuando sólo tenía 12 años, Antoine se frotó la cara. Mientras se pasaba la mano por los ojos, accidentalmente se le cayó uno de sus lentes de contacto. “¡Oh, perdiste tu lente!señaló el anfitrión. Vi una lente que se cayó”.

“Bueno, ella se ha ido”.Antoine pidió perdón. Ante la inacción del granjero, Karine Le Marchand se apresuró a ir en busca de la lenteja perdida. “Espera, no te muevas, me voy”.declaró antes de agacharse a los pies de Antoine. “El problema es que no puse mis contactos en ninguno de los dosella admitió. La vi saltar. Pon tu pierna por aquí”ella le preguntó. Y después de unos minutos, Karine Le Marchand finalmente logró encontrar la lente. “¿Quieres que lo enjuagamos?”ella sugirió.

Para poner todas las posibilidades de su lado y encontrar el amor, Antoine decidió renunciar a sus gafas. “Es tan lindo alguien que se pone lentes de contacto a propósito para esforzarse”subrayó Karine Le Marchand mientras esperaba que un miembro de la producción acudiera en ayuda del agricultor. “Te lo vamos a poner, eso si me lo permites”soltó el anfitrión. Entonces intervino Louise y volvió a colocar, no sin dificultad, la lente en el ojo de Antoine. Una secuencia insólita que hizo reír a Karine Le Marchand. “Bueno, estábamos con tu abuela que no se quemó”ella continuó.

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