Cuando piensas en animación, es posible que te imagines dibujos animados caprichosos o películas de gran éxito. Pero en Tai Studios la animación es más que entretenimiento; es una herramienta poderosa para impulsar el cambio social.
Este dinámico estudio de Tanzania aborda temas sociales delicados e inspira acciones a través de narraciones vibrantes, personajes identificables y una conexión profunda con la cultura local.
Entre 2013 y 2015, Tai colaboró con miles de jóvenes para crear conciencia sobre temas críticos como la higiene menstrual, la salud personal y el desarrollo profesional.
Sin embargo, como recuerda Ian Tarimo, uno de los fundadores del estudio, el enfoque tradicional del aula enfrentaba importantes desafíos.
“Los profesores nos veían como una ONG más y algunos padres se sentían incómodos con temas culturalmente delicados como incluir a los hombres en las discusiones sobre higiene menstrual”, explica Ian.
“Los desafíos logísticos y la dependencia de los voluntarios dejaron claro que necesitábamos un enfoque más sostenible”.
Inspirándose en las tradiciones narrativas y aprovechando la tecnología moderna, Tai Studios hizo la transición a la animación.
“Era una manera de hacer que las conversaciones importantes fueran accesibles, interesantes y duraderas”, añade Ian.
En Tai Studios, cada animación comienza con una misión: generar conversaciones críticas. Diana Charles, guionista de Tai, comparte el ingrediente secreto detrás de su narración.
“Nuestros personajes reflejan nuestra audiencia. Se ven, hablan y actúan como ellos. Al entrelazar el humor y la identificación con nuestros guiones, hacemos accesibles incluso los temas serios”.
Ya sea que aborde el cambio climático, la violencia de género o los derechos de las personas con discapacidad, Tai se asegura de que sus historias resuenen en los espectadores.
“Combinamos autenticidad cultural con compromiso emocional, para que el público vea sus vidas reflejadas en nuestro trabajo”, dice Diana.
Este enfoque culturalmente consciente se extiende a todos los fotogramas. Los personajes están vestidos con atuendos tradicionales de Tanzania, los escenarios presentan paisajes locales y el kiswahili suele ser el idioma elegido.
Tai también incorpora folclore y estilos artísticos locales, creando un tapiz auténtico con el que el público puede conectarse de inmediato.
Un proyecto destacado abordó el cambio climático desde una perspectiva popular. Al colaborar con las comunidades locales, Tai creó animaciones identificables que inspiraron a los estudiantes a plantar árboles y gestionar los residuos.
La jefa de operaciones y programas, Debora Maboya, dice: “Las escuelas ahora participan activamente en iniciativas ambientales. Los resultados muestran cómo la narración de historias puede inspirar acciones prácticas a nivel de base”.
El enfoque basado en la investigación del estudio garantiza que su contenido dé en el blanco. Basándose en datos de organizaciones como UNICEF y sus propias conexiones comunitarias, Tai selecciona los temas que más importan.
Temas como el matrimonio infantil, la mutilación genital femenina y la salud mental se abordan con sensibilidad y una profunda comprensión de los contextos locales.
Crear animaciones impactantes no es tarea fácil. Tai enfrenta obstáculos como la escasez de fondos, equilibrar mensajes serios con narrativas atractivas y cerrar las brechas de habilidades en la industria local.
Abordar temas delicados (desde el matrimonio infantil hasta la higiene menstrual) requiere sortear cuidadosamente las barreras culturales.
“Hemos tenido que desafiar las normas y al mismo tiempo respetar las tradiciones”, señala Ian. “Colaborar con líderes locales y personas influyentes nos ayuda a formular mensajes de manera que se alineen con los valores culturales”.
Por ejemplo, cuando se hablaba de higiene menstrual, involucrar a los hombres en la conversación inicialmente encontró resistencia.
Sin embargo, al enmarcarlo como un problema de salud familiar, Tai fue ganando aceptación gradualmente, lo que generó diálogos significativos dentro de las comunidades.
El cofundador y director, Gwamaka Mwabuka, añade: “La autenticidad cultural está en el centro de nuestro trabajo. Nos aseguramos de que nuestras historias estén arraigadas en las realidades locales, incorporando kiswahili, vestimenta tradicional y entornos que reflejen la herencia diversa de Tanzania. Esto nos permite crear contenido que resuene profundamente en nuestra audiencia”.
Tai Studios adopta un enfoque multifacético para evaluar el impacto de su trabajo. “Recopilamos comentarios directamente de los espectadores, educadores y líderes comunitarios”, dice Adam Kamese, consultor de seguimiento y evaluación.
Agrega: “Las encuestas y los grupos focales nos ayudan a comprender cómo resuena nuestro contenido y si inspira acciones en el mundo real”.
Más allá de las cifras, el equipo rastrea resultados tangibles como una mayor participación en programas que abordan la salud sexual y reproductiva, los derechos de las personas con discapacidad y la conservación del medio ambiente.
“Para nosotros, el éxito es ver que las comunidades adoptan cambios positivos, ya sea plantando árboles, mejorando la gestión de residuos o desafiando normas dañinas”, enfatiza Adam.
De cara al futuro, Tai Studios tiene grandes planes. Están desarrollando TaiApp, una plataforma que ofrece acceso a sus animaciones, cómics e historias de radio.
También se están llevando a cabo conversaciones con el Ministerio de Educación para animar los materiales escolares, haciendo que el aprendizaje sea más atractivo para los estudiantes.
“Queremos cerrar la brecha digital y llevar contenido educativo a comunidades desatendidas”, comparte Ian. “Esto es parte de nuestra visión de hacer que las historias impactantes sean accesibles para todos, independientemente de su ubicación”.
Las ambiciones de Tai no se detienen en las fronteras de Tanzania. El estudio está explorando asociaciones para traducir su contenido a otros idiomas, asegurándose de que resuene en audiencias de toda África y más allá.
“La animación es versátil e impactante”, aconseja Diana. “Si quieres utilizarlo para el cambio social, céntrate en historias auténticas que conecten con las personas. El verdadero cambio comienza con narrativas que resuenan”.
Ella enfatiza la importancia de comprender a su audiencia. “La relación es clave. Cuando tus personajes e historias reflejan la vida de tu audiencia, el mensaje se vuelve más poderoso”.
Tai, que significa “águila” en kiswahili, encarna resiliencia y visión. “Como un águila que se eleva sobre la tormenta, convertimos los desafíos en oportunidades”, dice Ian.
Este espíritu alimenta la creatividad y el compromiso del equipo. Escuchar cómo su trabajo genera conversaciones y empodera a las comunidades los mantiene en marcha.
“Nuestra cultura en Tai nos anima a pensar de manera diferente, disfrutar de la diversión y encontrar un significado profundo en nuestro trabajo”, añade Ian. “Esto nos ayuda a mantenernos innovadores y motivados”.
Con una pasión por abordar problemas emergentes como la salud mental y la brecha digital, Tai Studios se está elevando a nuevas alturas. Sus historias están cambiando vidas, fotograma a fotograma.
Debora explica: “La animación no se trata sólo de entretenimiento; es un vehículo para el empoderamiento. Al crear historias culturalmente relevantes, estamos ayudando a construir una sociedad más informada y compasiva”.
El equipo está particularmente entusiasmado con el potencial de la tecnología para amplificar su impacto. A través de aplicaciones, realidad virtual y narraciones interactivas, Tai pretende atraer al público de formas nuevas e inmersivas.
Como bien lo expresa Diana: “Cada historia que contamos tiene el potencial de educar, inspirar y crear un cambio duradero”.