El Leganés no terminó como esperaba su idílico 2024, más tras la victoria de la pasada semana ante el Barcelona. Las decisiones del colegiado Muñiz Ruiz, donde ninguna cayó del lado pepinero y los errores propios en defensa y de nervios de Óscar Rodríguez y Jorge Sáenzque lo pusieron fácil para sus expulsiones hicieron que el equipo de Borja Jiménez despidiera con derrota el último partido del año.
Los números dan a los pepineros para su gran objetivo en la temporada que es única y exclusivamente la permanencia, pero ante el Villarreal desperdiciaron una gran ocasión de superar la veintena de puntos en la primera vuelta.
La tranquilidad sigue imperando en Butarque en una campaña donde todos son sabedores de la dificultad, el liga todavía no ha ocupado puesto de descenso. Y el margen sigue siendo de un partido con el Espanyol que marca la línea roja.
La realidad para el Lega es que, seguramente, termina 2024 y la primera vuelta en los números esperados, pero también deja preocupación por la sobriedad que ha perdido el equipo atrás, exceptuando el partido en Montjuïclos 10 goles encajados en los últimos 5 partidos son un bagaje muy duro para un plantel que basa su suerte en la estructura defensiva. Eso unido a la falta de efectivos en algunas posiciones, como el lateral izquierdo por la lesión de Franqueza.
Y a la falta gol, todavía sin noticias de hallerhace imperiosa la necesidad de refuerzos. En competitividad el Leganés ha demostrado que planta cara ante cualquiera, pero en la calidad y el gol, falta un plus para no sufrir en Primera.
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