Pero el impacto de este juicio se debe a algo más. Se basa en la decisión adoptada por la víctima al inicio de la audiencia de rechazar la sesión a puerta cerrada habitualmente reservada a los casos de violación. Con este cambio, Gisèle Pelicot transformó las semanas de audiencias siguientes en un acontecimiento extraordinario.
“Cambiar la sociedad”
Hizo del Tribunal Penal de Vaucluse una ventana al tratamiento judicial de la violación, asumiendo el objetivo de cambiar la forma en que miramos estos delitos, que todavía están muy mal castigados. “Fue difícil dejar de estar a puerta cerrada, pero quiero que lo hagan. [les femmes victimes de viol] se dicen a sí mismos: “La Sra. Pelicot lo hizo, así que yo también lo hago”. La vergüenza debe cambiar de bando. No expreso mi ira ni mi odio, sino mi determinación de cambiar la sociedad”, declaró en el estrado la mujer, que ahora tiene 72 años, el 23 de octubre.
Con este gesto, Gisèle Pelicot sacó este proceso de su dimensión atroz para incluirlo en un interrogatorio más amplio, sobre los mecanismos de la violación, en particular la violación conyugal. “Gisèle Pelicot hizo de su lucha personal una lucha colectiva. Su salvavidas está ahí”, afirma Carole Hardouin-Le Goff, profesora de derecho privado y ciencias penales en la Universidad París-II Panthéon-Assas.
Durante estos pocos meses, el alcance del juicio traspasó los confines del tribunal judicial para resonar fuera. Se midió con la presencia del público, que acudía todos los días para apoyar a Gisèle Pelicot a su llegada, aplaudiéndola en cada una de sus apariciones. Pero también a las manifestaciones organizadas en varias ciudades, el 14 de septiembre, en apoyo de “Gisèle”, con su rostro, su largo cuadrado y sus gafas de sol, que se han vuelto icónicas, reproducidas en los carteles. También resultó en la importante cobertura mediática que recibió el juicio en la prensa nacional y extranjera.
Paralelo al proceso de Aix-en-Provence
La dimensión particular de este juicio se materializa, finalmente, en los debates suscitados sobre el lugar y el tratamiento de la violencia machista y sexual, que están en la línea de la reflexión abierta por el movimiento #Yo también. Pocas veces el público ha tenido acceso, gracias a numerosos informes de prensa, a lo que es un juicio por violación. Estaba al tanto de las estrategias de defensa y del destino de la víctima. Desde las insinuaciones sobre sus supuestas prácticas sexuales hasta su supuesta ambigüedad hacia su exmarido, Gisèle Pelicot apenas se ha librado. La publicidad posibilitada por el levantamiento de la sesión a puerta cerrada permitió mostrar lo que el abogado de las partes civiles, Antoine Camus, calificó de “malos tratos judiciales”.
Las voces feministas aprovecharon para formular, una vez más, en foros ideas que vienen repitiendo desde hace años, relativas a la cultura de la violación o a la “victimización secundaria” de las personas violadas, fenómeno que hace referencia al maltrato que sufren estas personas durante su vida legal. viaje, especialmente durante este juicio de Gisèle Pelicot. En esta ocasión también se reabrió el debate jurídico sobre la conveniencia de reescribir la definición de violación, introduciendo la noción de consentimiento.
En varias ocasiones se ha establecido el paralelo con el famoso proceso celebrado en Aix-en-Provence (Bouches-du-Rhône), en 1978, donde tres hombres fueron juzgados por las violaciones de dos turistas belgas en una cala de Marsella. Dos años después de este juicio, en el que la abogada Gisèle Halimi aprovechó la violación para convertirla en una lucha política, se reescribió el Código Penal para definir con precisión este delito como un “acto de penetración sexual, de cualquier naturaleza, cometido en el acto”. persona de otra, por violencia, coacción o sorpresa”; La cuarta circunstancia, “amenaza”, se añadirá más adelante.
A medida que surge nuevamente la cuestión de reescribir la ley, la importancia histórica del juicio por violación de Mazan también se medirá, más allá del destino de los principales afectados, por las consecuencias legales que implicará.