El gobierno danés se niega a extraditar a Japón al activista medioambiental, encarcelado desde este verano en Groenlandia, el territorio de otoño del reino. El fundador de la ONG Sea Shepherd podrá regresar a Francia, donde vive con su esposa y sus dos hijos pequeños.
Paul Watson está libre. El guardián de los océanos podrá finalmente salir de Groenlandia tras 149 días de prisión. Habrá pasado un tiempo contemplando el fiordo Nuup Kangerlua desde su celda en el establecimiento penitenciario de Nuuk, capital del territorio autónomo danés. Incluso dice que vio pasar desde su ventana ballenas, su animal tótem, en la pelea más grande de su vida.
Detenido el 21 de julio, el fundador de Sea Shepherd se disponía a abandonar el puerto groenlandés a bordo de su barco, el John-Paul-DeJoriapara evitar que un nuevo barco arponero japonés cace cetáceos en el Pacífico Norte. La policía danesa lo esposó mientras repostaba combustible. Patrón ? El activista medioambiental de 74 años es objeto de una orden de detención internacional emitida por Japón, por hechos relacionados con una campaña liderada en 2010 por Sea Shepherd contra la flota pesquera japonesa en el Océano Austral. Desde su arresto, toda la cuestión era si el gobierno danés iba a entregarlo a Japón. Este martes 17 de diciembre Dinamarca tomó finalmente la decisión formal de rechazar su extradición.
Una decisión política
¿Cuánto tiempo fue? En total, durante estos cinco meses de investigación por parte del gobierno danés, el defensor del medio ambiente vio su detención prorrogada seis veces y cuatro recursos rechazados, antes de que el ministro de Justicia, Peter Hummelgaard, tome esta decisión, eminentemente política. “El trámite tomó más tiempo de lo previsto y esperado, dado el interés público en este caso”informó a la oficina del ministro Liberación.
En el clan Watson, es liberación. “Estamos orgullosos de haber liderado esta lucha legal y política junto a sus seres queridos.reacciona François Zimmeray, uno de sus abogados, embajador de Francia en Dinamarca entre 2013 y 2018. Podrá retomar su lucha por el respeto a la naturaleza, que es una lucha por la humanidad y la justicia. Japón intentó silenciar a un hombre cuyo único delito fue denunciar la ilegalidad de una masacre industrial disfrazada de investigación científica”. “No puedo creerlo, es surrealista”. exulta Lamya Essemlali desde Nuuk. Acabo de salir de mi hotel y me dirijo hacia la prisión, será liberado en las próximas horas”.
Al optar por no extraditar al “guerrero ecológico”, Dinamarca corre el riesgo de atraer la ira de Japón. Desde hace más de diez años este país intenta apoderarse del activista para llevarlo a juicio. El protector de las ballenas es acusado por las autoridades japonesas “obstrucción forzosa del comercio, lesiones corporales, invasión de un buque y vandalismo”por los acontecimientos que tuvieron lugar en el mar los días 11 y 15 de febrero de 2010, cuando Sea Shepherd acosó a los barcos japoneses para obstruir su caza de ballenas. En ese momento, el país afirmó que cazaba con fines científicos y no comerciales, lo que la ONG consideró un subterfugio, porque parte de la carne acabó en los lineales.
Capitán de operaciones hace quince años, Paul Watson es considerado responsable por Japón de haber “planeado y conspirado” el “sabotaje” haber provocado el lanzamiento de bombas de ácido butírico contra la flota japonesa (este producto inofensivo, que se encuentra por ejemplo en la mantequilla rancia, habría provocado “quemaduras químicas en la cara” de un marinero, según las autoridades) y los daños en una gran red de pesca (uno de los hombres que participaba en la campaña de Sea Shepherd, Pete Bethune, logró subir a uno de los barcos japoneses y cortar dicha trampa).
Paul Watson podrá regresar a Francia, donde vive desde hace aproximadamente un año y donde lo esperan su esposa y dos de sus hijos. Hace diez años, los familiares del activista (entre ellos Nicolas Hulot) presionaron para que el pirata fuera acogido allí, aunque ya era buscado por Japón y por Interpol.