La ceniza volcánica y el viento se unen para provocar daños en Las Manchas, en La Palma

La ceniza volcánica y el viento se unen para provocar daños en Las Manchas, en La Palma
La ceniza volcánica y el viento se unen para provocar daños en Las Manchas, en La Palma
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Los Llanos de Aridane (La Palma), (EFE).- Las rachas de viento de hasta 90 kilómetros por hora que han afectado la cara oeste de La Palma, mezcladas con la acumulación de ceniza volcánica de la erupción del Tajogaite hace tres años, han provocado desperfectos en las calles y viviendas del barrio de Las Manchas.

Este barrio, ubicado junto a la ladera sur del nuevo cono volcánico, ha convivido con grandes cantidades de lapilli y ceniza generada durante los 85 días de erupción del volcán Tajogaite, que invaden sus propiedades con cada episodio de viento que afecta a la zona.

Las rachas de viento, ocasionadas por la borrasca Dorothea, han provocado la rotura de ramas y pérdidas en árboles frutales en toda La Palma. También han generado pequeños derrumbes de escoria volcánica que han sepultado parcialmente carreteras secundarias en Las Manchas.

Además, vecinos del barrio de Jedey, contiguo a Las Manchas, han relatado que, desde la medianoche del domingo hasta la mañana del lunes, varias viviendas sufrieron cortes de luz y una cobertura móvil inestable.

También han comentado que la capa de ceniza volcánica sobre el firme de las carreteras “puede hacer que el coche patine si vas a mucha velocidad”.

La Consejería de Educación del Gobierno regional ha suspendido la actividad escolar de este lunes en los dos centros educativos de infantil y primaria de estos barrios, Jedey y Las Manchas, debido a las condiciones meteorológicas previstas.

Carmen, una vecina de Las Manchas, ha asegurado que ha retirado “samuros y samuros de arena de delante de las puertas de mi casa”, calificando la vida en el barrio de “un infierno debido al granzón, el polvillo, la arena y todo lo que se cuela por las rendijas de las casas”.

Sin embargo, Vicente, otro vecino del barrio, ha comentado con resignación que “la solución es complicada, porque la arena está por todos lados”, confiando en que el paso del tiempo y la humedad ayuden a compactar el material para que los problemas que provoca sean menores.

“Mientras tanto, aprovecharé la ceniza para ponerla encima de las plantas, que retenga humedad y que no crezca hierba, porque hay que aprender a convivir con ello”, ha reflexionado. EFE

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