Este es un informe confidencial. Cincuenta y cinco páginas de análisis escritos por los servicios de inspección ministeriales sobre los controles administrativos en el mundo agrícola. Cincuenta y cinco páginas para explicar, precisar, analizar hasta qué punto los agricultores y los sindicatos tienen los controles en la mira y qué soluciones podrían implementarse para restablecer la confianza entre los dos sectores.
El informe, obtenido por nuestros colegas de Contextofue encargado por una misión que reúne a cuatro organismos ministeriales de control (agricultura, interior, medio ambiente y justicia). Iniciada en febrero de 2024, entrevistó a más de 400 personas de órganos de control, sindicatos, administraciones y jurisdicciones. También se enviaron cuestionarios a los prefectos, los DDT y los tribunales para recopilar una gama más amplia de testimonios.
10% de las explotaciones controladas durante el año
Al final de seis meses de trabajo, “la misión constató una brecha significativa entre la sensación de los agricultores de una alta presión de control acompañada de la severidad de las sanciones y penalizaciones resultantes, y la realidad de los controles llevados a cabo en las explotaciones agrícolas y las sanciones y penas efectivamente impuestas. »
Aunque las explotaciones pueden estar sujetas a controles distintos de los administrativos (judiciales o en el marco de procedimientos de calidad), este tipo de control sigue siendo mayoritario. Sin embargo, pocos agricultores son controlados a lo largo de un año.
En efecto, de las 389.800 explotaciones, parece que el 10% están sujetas a una inspección una vez al año y sólo el 1% se somete a dos o más inspecciones administrativas durante el año, según datos del DDT. Una cifra por debajo del sentimiento de los agricultores y sus representantes que piden que se reduzca la presión.
“Sensación de estar bajo vigilancia”
Actualmente, una decena de organizaciones estatales (1) realizan controles de las explotaciones agrícolas, en temas tan variados como el empleo, los daños medioambientales o las ayudas Pac.
La misión cita el sentimiento de los agricultores de ser “castigados más severamente que otros litigantes”, y temores sobre las modalidades de realización de los controles, más que sobre el “recuento de éstos”.
Los controles que utilizan imágenes de satélite dan una “sensación de estar bajo vigilancia”, incluso si van acompañados del derecho a cometer errores desde su implementación. Ahora se notifica a los agricultores afectados todo tipo de controles, “la sensación de presión de control se acentúa”, afirma la misión.
“La desmaterialización de los procedimientos, unida a la reducción del número de servicios estatales descentralizados, ha contribuido a deshumanizar los controles y a crear más distancias entre los controladores y los inspeccionados”, señalan los servicios de inspección. Durante los controles físicos, la postura de determinados agentes “da a los operadores la sensación de que el sistema de control está diseñado para atraparlos y que se busca la sanción al final del proceso y no el cumplimiento. »
Fomentar la pedagogía.
Este sentimiento de malestar también aparece ante el “difícil control de un marco jurídico complejo y en constante evolución”, que genera una “sensación de inseguridad cuando se lleva a cabo un control”.
La sensación de inseguridad podría reducirse mediante varias medidas educativas y de comunicación. Por tanto, la misión propone mejorar la información de los agricultores sobre la evolución de la normativa, a través de la red consular de cámaras de agricultura, instituir formación continua o generalizar reuniones informativas anuales.
Se podrían implementar cheques en blanco al comienzo de una nueva regulación, así como contactar por teléfono antes del control. La misión sugiere entonces ampliar los plazos de notificación de las inspecciones y ofrecer visitas educativas sobre la normativa a los agricultores.
Adaptador local
En términos más generales, existe la sensación de que las normas “se desarrollan demasiado lejos del campo” con la proliferación de exenciones. Los efectos del cambio climático también están obligando a los agricultores a adaptarse. Esta realidad sobre el terreno iría de la mano de la sensación de “insuficiente consideración por parte de los controladores de las condiciones en las que se pudieron haber realizado los cultivos”.
Para adaptarse, la misión recomienda fomentar una lógica de subsidiariedad llamando a las instituciones locales a adaptarse a las realidades a veces diferenciadas sobre el terreno. Annie Genevard, ministra de Agricultura, dio así un papel de prefecto a los prefectos durante los anuncios relativos al control único el pasado mes de octubre. “Las relaciones que la profesión agrícola mantiene con los prefectos y sus servicios siguen siendo seguras, constantes y de alta calidad”, señala la misión.
Para comprender mejor la estacionalidad, se podría proponer una formación (ya prevista para la OFB) para los controladores, sostiene la misión. Pero este último observa que los servicios de control están experimentando “graves dificultades”, tanto en términos de la importancia de los contratos de duración determinada como del estatuto y el número de controladores. Estas dificultades pueden obstaculizar, en bienel buen trabajo de los agentes.
Fortalecer los recursos de los agentes.
Si al final de los procedimientos se mantiene un “número muy bajo de acusaciones penales”, la inclusión de las sanciones incurridas, muy superiores a las aplicadas, puede ser una fuente de malestar para los agricultores inspeccionados.
Si el lugar de celebración de la audiencia, a menudo en la gendarmería, es “habitual” en términos de procedimiento judicial (porque permite, en particular, la confidencialidad), es “un motivo de descontento entre los agricultores”. “Podría preferirse la audiencia in situ”, señala el informe. Esto implicaría equipar a los agentes con el equipo adecuado: computadora portátil, impresora portátil, etc. Equipo que también representa un coste.
A menudo, el procedimiento de audiencia de las personas controladas puede resultar “engorroso”, señala la misión: “Las audiencias que duran más de tres horas son, al parecer, frecuentes y algunas duran hasta seis o siete horas. » Una duración que los servicios de inspección proponen adaptar en función de la gravedad de los hechos.
Del mismo modo, los agentes de la OFB indicarían “sistemáticamente en el acta de la audiencia los detalles de las sanciones impuestas, pero sólo deberá mencionarse la naturaleza de los hechos”. Una inscripción que podría intimidar a los agricultores y que, según los testigos de la misión, sería una “fuerte fuente de tensión”.
Revisar la escala de sanciones
En el plano administrativo, la misión propone adaptar las penas, particularmente las penales, proponiendo alternativas educativas y ampliar el derecho a cometer errores por violaciones ambientales. En cuanto a las ayudas Pac, la misión propone permitir el pago del anticipo de estas ayudas en caso de auditoría, mientras que se suspende hasta que finalice la auditoría. Los controles vinculados a la PAC se perciben a veces como un “riesgo sobre el importe de la financiación que, para algunos, es esencial para el equilibrio de la operación”.
Entre estas numerosas recomendaciones, algunas fueron retomadas por el Ministro de Agricultura a finales de noviembre, como el pago del depósito de ayuda Pac, incluso en caso de auditoría. Queda por ver si las otras propuestas lograrán abrirse camino en un gobierno desestabilizado por dos mociones de censura.
(1) ASP, AE, DDPP, DDTM, DDETS, DDFIP, DRDDI, DRAAF, DREAL, FAM, IFCE, OFB.