lLos agricultores tienen razón al señalar que se ven perjudicados por la aplicación de normas medioambientales que no se respetan en los países de donde proceden los productos importados. Pero el problema proviene de las reglas del juego del comercio internacional, no de las normas medioambientales que, recordemos, se adoptan para proteger la salud de los franceses y de los ecosistemas.
Sin embargo, las normas ambientales vinculadas a las prácticas agrícolas hoy parecen relativamente incapaces de cumplir esta doble función. Tomemos el ejemplo de los pesticidas. Las normas sobre la materia son insuficientes en lo que respecta a la contaminación por pesticidas, no respetadas a escala nacional, y las infracciones relacionadas no generan sanciones reales. Echemos un vistazo a estos tres puntos nuevamente.
En cuanto a su insuficiencia, las inspecciones generales de tres ministerios denunciaron recientemente el deterioro de la calidad del agua potable debido a la contaminación por pesticidas. Entre 1980 y 2019, se abandonaron 12.500 captaciones de agua potable (hoy son 33.000), el 40% de las cuales se debió a la contaminación por pesticidas. Además de estos cierres, el coste social anual del tratamiento de pesticidas en el agua se estima en mil millones de euros.
Vieja estrategia
En 2022, 11 millones de franceses recibirán agua del grifo que superará los umbrales autorizados de pesticidas. Esta situación está particularmente ligada al hecho de que no se respetan los objetivos políticos en la materia. Este es nuestro segundo punto. Si bien en el primer plan Ecophyto se esperaba que el uso de productos fitosanitarios sintéticos cayera un 50% entre 2010 y 2018, aumentó un 15%.
Este objetivo, aplazado hasta 2025 en el plan Ecophyto II, aún no se cumplirá. Francia es 9mi consumidor de pesticidas en el mundo y los países que le preceden son mucho mayores (Estados Unidos, India, China, Argentina, Canadá, Rusia, etc.). En lugar de reconocer un fracaso en la materia, el Estado optó recientemente por modificar el indicador de evaluación, una vieja estrategia de las autoridades públicas francesas.
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