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Organizado por la Iglesia católica de Córcega en el hotel Campo dell’Oro de Ajaccio, este evento de escala excepcional culminará con la intervención del Papa Francisco este domingo 15 de diciembre. Entre los participantes se encontraban eminentes figuras del mundo eclesiástico, como monseñor Brouwet, obispo de Nimes, monseñor Carboni, arzobispo de Oristano en Cerdeña, monseñor Peri, obispo de Caltagirone en Sicilia, y monseñor Ferrer, vicario general de Toledo en España. Junto a ellos, académicas de renombre como Anghjulina Antonetti, especialista en la relación entre religión y laicismo en Córcega, y Serena Talamoni, experta en los vínculos entre lo sagrado y la política. Juntos explorarán la riqueza y los desafíos de la piedad popular mediterránea, una tradición arraigada en las sociedades locales pero en constante evolución.
Cofradías, entre herencia y modernidad
Jean-Charles Adami, colega y profesor de lengua y cultura corsa, también intervendrá el sábado en torno a la pregunta “¿por qué implicarse en las hermandades?”. Invitado de la RCFM, subrayó el papel clave de las hermandades en la sociedad corsa y mediterránea. “Las hermandades no son reliquias del pasado, sino estructuras vivas que sirven de puente entre la Iglesia establecida y la sociedad. Permiten a la Iglesia anclarse profundamente en el tejido social”explica. Con casi 3.000 colegas y más de cien hermandades activas en Córcega, su vitalidad es asombrosa. “ Durante mucho tiempo se consideró que su atractivo estaba vinculado a la cuestión de la identidad. Pero hoy asistimos a algo más, especialmente entre los jóvenes: un verdadero entusiasmo espiritual. Esto nos interpela y nos enfrenta a una responsabilidad, la de acompañar esta fe que renace”añade Jean-Charles Adami. Este fenómeno va acompañado también de un cambio en la composición de las cofradías, con una progresiva feminización. “Cada vez hay más mujeres y jóvenes que se involucran. Esto refleja un nuevo movimiento y una creciente vitalidad espiritual”.señala.
Córcega en la encrucijada del Mediterráneo
Jean-Charles Adami también recordó la importancia de reconectar con las raíces mediterráneas de la isla. “A veces olvidamos que Córcega está en el corazón del Mediterráneo occidental. Nuestra identidad encuentra su origen en estos intercambios que nos han construido, y es esencial reactivar estos vínculos, que quizás hemos descuidado durante las últimas décadas, incluso los últimos siglos. Finalmente, ve la piedad popular como un medio para responder a los desafíos modernos. « Estas tradiciones nos permiten recrear comunidades fuertes en una sociedad marcada por el individualismo y la dispersión. Ofrecen una alternativa a esta extraña modernidad que a veces valora el egoísmo ».
Se espera que el Papa Francisco, que concluirá la conferencia el domingo, discuta estos temas. “Creo que tiene una gran sensibilidad hacia la comunidad y una dimensión dinámica de la piedad popular. El Mediterráneo es un crisol muy especial, porque allí encontramos tres continentes, tres religiones monoteístas y todo tipo de civilizaciones que nos construyeron. Somos herederos de todo esto y al mismo tiempo tenemos un presente y un futuro que crear. »concluye Jean-Charles Adami.
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