Ganó el Athletic el duelo de aspirantes por todo lo alto al Villarreal, y sigue ahí, en el segundo vagón del campeonato, después de una semana impecable, sin tacha, tras vencer al Rayo, al Real y ahora a su más firme perseguidor por la cuarta plaza, todavía con dos partidos pendientes de jugar desde la perspectiva rojiblanca, que lleva adelanto en relación al resto por aquello de la Supercopa árabe.
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Julen Agirrezabala, Dani Vivian, Aitor Paredes, Yuri Berchiche, Óscar De Marcos, Iñaki Williams (Nico Serrano, min. 84), Oihan Sancet, Beñat Prados (Mikel Jauregizar, min. 67), Íñigo Ruíz de Galarreta (Mikel Vesga, min. . 84), Alex Berenguer (Nico Williams, min. 59) y Gorka Cruzeta (Unai Gómez, min. 67).
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Diego Conde (Luiz Júnior, min. 72), Juan Bernat, Logan Costa, Raúl Albiol, Kiko Femenía, Santi Comesaña, Álex Baena, Yeremy Pino (Denis Suárez, min. 74), Dani Parejo (Ayoze Pérez, min. 45) , Pape Gueye y Thierno Barry (Gerard Moreno, min. 45)
Goles
1-0 min. 14: Aitor Paredes. 2-0 min. 68:Williams
Árbitro Victor García Verdura
Tarjetas amarillas
Comesaña (min. 34), O. Sancet (min. 54), Benat Prados (min. 67)
En medio del chaparrón, Athletic y Villarreal jugaron a mojarse, a pisar todos los charcos. Son dos equipos que especulan poco, tirando a nada, que miran al frente y tienen la calidad suficiente como para mirar de tú a tú a cualquier adversario. Fueron los bilbaínos quienes tomaron el mando inicial de las operaciones, con una presión feroz a la salida de balón de los amarillos, dejando pensar poco a la sala de máquinas que dirigía Parejo. Berenguer, Williams, Sancet y Guruzeta apretaban, y por detrás rebañaban Prados y Galarreta, que iban recogiendo lo que caía en las redes.
Se empeñaba el Villarreal en cumplir su plan, y el peligro del Athletic llegaba en los robos, aunque el gol apareció desde la esquina, cuando Paredes cabeceó un córner sacado por Galarreta demasiado cómodo en el primer palo. No estuvo fino Diego Conde ni acertaron las marcas. Antes del cuarto de hora, el equipo de Marcelino se tenía que poner a remar, y se creyó salvado un poco más tarde después de remate cruzado de Pape Gueye que superó a Agirrezabala, pero estaba en fuera de juego.
Al Athletic le aparecían más espacios para correr después de robar, y llegaba rápido al área contraria, pero se quedaba en el último pase, aunque en el último tramo, cedió un poco la presión rojiblanca y el Villarreal se estiró con más precisión. Gueye apareció para un remate de volea que se marchó alto, y la apuesta temporal en la portería del Athletic, Julen Arrizabalaga, estuvo rápido para desviar el remate de cabeza de Yeremi desde muy cerca. Fueron los mejores minutos visitantes en la primera parte, aunque los bilbaínos siguieran sin perderle la cara al partido.
El Athletic se tomó un respiro largo en el comienzo de la segunda parte y el Villarreal se sentía más cómodo sobre el césped de San Mamés, rapidísimo por la lluvia. Durante algunos minutos se hizo dueño del centro del campo, y Comesaña tuvo un remate de cabeza para igualar, pero se le marchó alto. Pero si los visitantes creyeron que aquello era el ocaso de las fuerzas bilbaínas después de la intensa pelea del miércoles contra el Madrid, se equivocaron. Era únicamente una pausa, porque volvieron a la carga, a presionar con fiereza y a buscarle las cosquillas a las conducciones de pelota del Villarreal.
Había dejado Marcelino en la caseta a Parejo, para darle mordiente al ataque, pero perdió densidad el medio campo visitante, se hizo más etéreo, y el Athletic lo aprovechó para empujar al submarino hacia su campo.
Mordía el equipo de Valverde con todas sus fuerzas, y en una de esas, un robo en campo propio acabó en los pies de Sancet, que buscó el momento preciso para ponerle la pelota a Iñaki Williams, que esta semana cumplió diez años en el Athletic, pero que sigue igual de veloz pero mucho más sabio. Al entrar al área, disparó fuerte, a Diego Conde se le clavaron los tacos en la hierba y la pelota se coló en la portería. El mal gesto del portero acabó en lesión, y tuvo que ser reemplazado.
Al Villarreal se le acabaron las ideas en esa acción. Ya no pudo regresar a lo que era, y el Athletic jugaba mucho más fresco. Sancet estuvo a punto de hacer el tercero cuando se plantó ante Luiz Junior e intentó una vaselina que salió fuera por centímetros. A esas alturas, Gerard, que salió tras el descanso, ya había pedido el cambio después de recibir un tremendo balonazo de un compañero que le dejó mareado.
