Adela Smajic habría tenido que aparcar en un barrio para asistir a un evento en Basilea. Debido a su atuendo, eso está fuera de discusión para la ex soltera…
“Estoy harta”, dijo enojada Adela Smajic (32) a sus fans en Instagram el miércoles por la noche. La ex soltera tenía previsto participar en el acto de inauguración de una nueva sucursal de “Tally Weijl” en Basilea. Pero nada salió del evento de ropa.
En un principio, la mujer de 32 años tenía previsto ir en coche desde su lugar de trabajo en Biel BE directamente a la tienda de Basilea. Tan pronto como llegó a la ciudad, se encontró con un mar de luces rojas frente a un estacionamiento. En otras palabras: todas las plazas de aparcamiento están ocupadas.
A Adela le resulta inimaginable que una situación así pueda darse durante la semana. Es “la misma historia cada vez. No tenemos suficientes plazas de aparcamiento en la ciudad”.
“Estoy muy molesta”, aclara.
Además, los precios son “satánicos, inhumanos, incomprensiblemente caros”.
En tales casos, el moderador busca una plaza de aparcamiento en una zona azul, un poco fuera del centro. El problema: “Ahora estoy completamente solo. El miércoles por la noche, ni un alma en la calle.”
Adela ya se había cambiado para el evento. Ella optó por un camisón de dos piezas de encaje negro semitransparente. Pero: caminar sola por la ciudad ya no es una opción para la ex soltera.
Porque: Adela no se siente segura y tiene miedo de un ataque.
“¿Cómo llegas sola con este traje y (…) vuelves sola?”, pregunta a la cámara. “No debería ser que, como mujer, no me sienta cómoda o segura en mi propia ciudad. Y tengo miedo de que me ataquen sólo porque ando con un traje así”.
“Ya no haré eso”, dice claramente.
Adela lamenta no haber estado en este evento, pero su propia seguridad es lo primero. A esta mujer de 32 años le entristece que su ciudad natal, Basilea, sea “tan criminal”. “La gente también sabe por qué es así. Pero no hacen nada al respecto”.
Deja abierto qué quiere decir exactamente con eso.
A la exsoltera sólo le queda una cosa: “Me tengo que meter en política, te lo digo”.