La salida forzosa de Miron Muslic ha causado mucho malestar en el Círculo de Brujas. La afición, especialmente el núcleo duro, no está contenta con su marcha y ha expresado su descontento a la directiva.
La marcha de Muslic marca el final de un período exitoso pero turbulento para el Círculo de Brujas. El bosnio-austriaco había elevado al club de candidato al descenso a equipo europeo en sólo dos años.
Miron Muslic no sólo era querido por sus resultados, sino también por el fuerte vínculo que había construido con los seguidores del Círculo de Brujas. Su salida supone un rayo caído del cielo para el núcleo duro del club, que cada vez se vuelve más contra el tablero.
La relación entre el núcleo duro de la afición y la dirección del Cercle siempre ha sido tensa. Después de varios incidentes y prohibiciones de estadios, el descontento ha aumentado en los últimos meses.
La afición no está de acuerdo con la dirección que está tomando el club y cree que las decisiones estratégicas no están en línea con las expectativas. La llamada a no sentarse detrás de la portería durante el partido de copa contra el Sint-Truiden el miércoles por la noche debería enviar una fuerte señal a la directiva.
El actual entrenador interino, Jimmy De Wulf, tiene ahora la oportunidad de volver a encarrilar al Círculo de Brujas. Queda por ver si Cercle buscará nuevo entrenador.